my stomach twisting into knots.

domingo, 4 de marzo de 2012
El aire se condensa a mi alrededor. Un vuelco en mis entrañas ante un movimiento inesperado. Atravesamos el tiempo a una velocidad moderada; me parece que estamos traspasando la barrera del sonido como mínimo. Rascamos segundos, minutos, horas al reloj de la mesilla.

Siento opresión en aumento en las costillas. Una ligera asfixia enturbia mi visión. Un suave cosquilleo en las extremidades. Tengo la sensación de que voy a estallar y a convertirme en miles de partículas de euforia condensada.

Quisiera exclamar, gritar que no te vayas nunca. Hacía tiempo que no me sentía así: controlo el mundo, soy dueña de mí misma a pesar de no sentir los dedos de los pies. Se va entumeciendo mi cuerpo con cada beso. Tu aliento golpea la fina piel de mi nuca; se eriza.

"Aférrate con fuerza, hasta que te duelan los brazos y las piernas. No te sueltes. No te sueltes. Déjame encantarte."

Nos arrastran las corrientes de aire invisibles del ecosistema de esta habitación. Engullen mis palabras con un apetito voraz. Lo cierto es que yo misma las digiero, me falta valor para pronunciarlas.

Es tan simple como existir. Ocurre en el recoveco más turbio de una urgencia. Dos elementos, dos cuerpos acelerados por la exhalación de vida en sus respectivos núcleos, que toman materia y la moldean de diversas formas hasta crear un suspiro. Entonces se alzan, se definen más hermosos y, en armonía, se desploman exhaustos.

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