time's dead.

lunes, 28 de diciembre de 2009

"Corre. ¡Corre! Corre y no te pares."

"¿Por qué?"

"¡Insistes en no escuchar! Huye mientras aún estés a tiempo"

"¿De qué tengo que escapar?"

"¡Del tiempo! ¡Vamos! ¿A qué esperas?"

"No se le puede engañar de esa forma."

"Sólo debes correr en su contra, como él hace con nosotros."

"El tiempo es un ser infinito, sin principio ni final. De igual sabiduría y crueldad. ¿Pretendes que malgaste mi vida luchando contra lo inevitable?"

"No te estoy diciendo que huyas de la muerte..."

"¿Entonces?"

"¡¿Es que no entiendes nada?!"

"¿Qué es lo que tengo que entender?"

"Que después de lo que has dicho, tu vida ya le pertenece de todas formas... "


antisocial misbehavior.

domingo, 27 de diciembre de 2009
No quiero acudir a reuniones familiares en las que nadie se conoce, no quiero quedar con gente a la que sólo he saludado una vez en mi vida, no quiero mantener conversaciones absurdas y superficiales con amigos de pega, no quiero experimentar más silencios incómodos, no quiero tener que fingir que me importa, no quiero tener que seguir haciendo el paripé.
Sencillamente no. Se acabó.

Silencio, quiero silencio.

Quiero quedarme en este agujero inmundo y no salir más. Quiero huir de la sociedad, sentir la soledad aflorando en mis poros, penetrando en cada una de mis células. Después quiero que me encuentres y que me salves. Que me hagas comprender porque no puedo ni quiero vivir sin ti. Quiero que me lleves contigo otra vez, pero no quiero volver. Quiero escapar y coger un avión hacia un nuevo principio. Luego puedes matarme... si quieres.

No pido que me entiendan, sólo pido que me dejen en paz.

vacuum.

domingo, 6 de diciembre de 2009
Enterrando fuentes de luz en la profunda soledad.


Cavo y cavo, pero no cometeré el error de quedarme atrapada.
Otra vez no. Ya dije una vez que no volvería a tropezar dos veces con la misma piedra, aunque la cambiasen de sitio.
Una vez el hueco sea lo suficientemente hondo saldré y tiraré las lámparas. Quizás sigan iluminando, mas puede que mi intento sea en vano y que las delicadas bombillas se fundan antes de llegar al fondo. Puede que tanto esfuerzo os parezca inútil, ridículo... ¡Incluso cómico!

"¿Cavar un agujero que puede convertirse en tu tumba? ¿Y que ese agujero sea únicamente soledad? ¿Correr tal riesgo? ¿Para qué haría alguien una cosa así? Menuda tontería..."

Es agotador y el espacio realmente opresivo a mi alrededor. Pero lo hago simplemente porque quiero mirar hacia abajo. Eso es. Contemplar ese abismo al que tantos temen. Ver que he escapado de la agobiante soledad que unos minutos antes me envolvía.

Cuando por fin lo hago me siento orgullosa. Lo he conseguido. He escapado.
Sólo alcanzo a distinguir la inpenetrable oscuridad, así que tanteo a los lados, en busca de las lámparas. Cojo los dos focos de luz y los enciendo. Me ciegan en un principio, no consigo acostumbrarme a tal luminosidad.
Dejo caer la primera. Tarda más de diez segundos en caer, no me había dado cuenta de que era tan hondo...

¿Cuánto tiempo llevo ya en este lugar?

No hay nada. Nada. Eso me decepciona, aunque realmente no sé que esperaba encontrar. Me alejo del precipicio, pero nada más dar el primer paso me quedo quieta.

¿Dónde estoy?

Enciendo la segunda lámpara y miro a mi alrededor. No hay nada. Un liso suelo de piedra que se aleja, adentrándose en la oscuridad que me rodea. Me doy cuenta de la abrumadora verdad. El sentimiento de agobio vuelve a invadirme.
Miedo. Miedo.
No sabéis hasta que punto.
Miedo real; tan gélido que me petrifica.

M-i-e-d-o.

El frío recorre cada músculo penetrando inesperadamente en mis huesos. Caigo sobra la dura piedra, junto al mismísimo borde de la fosa. Me derrumbo. Mi orgullo se desparrama sobre el pétreo suelo. La verdad es que sigo sola.

No he salido de la soledad, si no que he cavado un hueco de aislamiento en la misma.

Y el miedo es reenplazado.
Odio. Odio.
Odio hacia mi misma.
Todo lo he conseguido yo. Me he condenado como una estúpida. He vuelto a tropezar y por ello estoy sola. Me arrancaría mi asquerosa piel, mis corrompidas venas, mis repulsivos músculos, mis infectos órganos, mis huesos condenados...
Tomo la decisión. No me cuesta más de un segundo, ni siquiera me lo planteo. Doy media vuelta sobre mi misma y ya estoy cayendo en el interior de mi tumba. La caida es larga, parece durar más que unos pocos segundos; quizás varios minutos.
La luz está cada vez más cerca y con ella fondo, que me espera prometiéndome un doloroso aterrizaje, un amargo final.
No es una sutil metáfora. Es la brutal realidad. Implacable dama, como siempre.
Mi cuerpo golpea el suelo violentamente. Todo sentimiento es desplazado para dejar paso al dolor.

Punzante. Mordaz. Inhumano.

Llego a ver como la sangre resbala, como si de dulce vino se tratase, antes de golpear la bombilla con el puño. Los cristales atraviesan mi piel y la luz se funde en la oscuridad. Con ella, mi vida, que se apaga en la más profunda soledad.

Como siempre estuvo escrito.


sleeping in.

viernes, 4 de diciembre de 2009
¿Y si todo fuese un sueño?

No quiero despertarme y ver que nada es real. Que los últimos meses han sido una reacción química y que sigue siendo invierno.

No quiero despertarme y ver que no estás; que ni siquiera te conozco. Que no formas parte de mi vida y que todo ha sido un cruel chispazo en mi cerebro. Que todas los días, horas... minutos que he pasado junto han ti no han sido más que un par de milisegundos.

Puede que ahora esté dormida y que por la mañana no recuerde nada.
No es imposible que esté en una camilla de hospital enchufada a tres mil aparatos que me mantienen con vida. Aun así no quiero despertar.

No. No. No. No. No. NO.

Soy feliz ahora. Soy feliz así. Merece más la pena vivir una ilusión contigo que una realidad en la que ni siquiera existes.



"Vivo sin vivir en mi

y de tal manera espero

que muero porque no muero

...

Qué muerte habrá que se iguale

a mi vivir lastimero

pues cuanto más vivo más muero

...

Todo es más penar

por no verte como quiero

y muero porque no muero"

sway.

jueves, 3 de diciembre de 2009
Te echo de menos, para que voy a negarlo... No tengo porque hacerlo mientras tú no puedas oírme.
Podría cambiar de camino.. me llevaría un poco más, pero estoy dispuesta, ahora que aún estoy a tiempo. Me gustaría llegar a evitar la catástrofe ahora que no está todo perdido. Sin embargo, no salgo del sendero, tampoco me doy la vuelta.
¡Ni siquiera me paro en seco!
Quizá sea porque no quiero, puede que no me arrepienta después de todo. La vida está para vivirla. Quisiera sufrirla contigo, quisiera hundirme en tus brazos, perderme en tus labios... podríamos descubrir el fuego. Inventarlo de nuevo, encontrarle una definición que sólo se adaptase a nuestra versión de la realidad.
Que tú supieras todo esto, que tuvieras idea de todos estos sueños utópicos que merodean por mi mente... Sé que te perdería. Y quizá sea lo mejor, para que vamos a engañarnos.

"The language of loss makes me so much older,
The language of loss makes me lose my grip"

¿No lo oyes? Silenciosos gritos que surgen de mi interior. Se convierten en suspiros que desgarrarían cualquier alma. Se los traga el mar... se alejan hasta que algún compositor solitario los recoge para crear su última obra. Los transforma en grotescas notas que queman el pentagrama en el que son escritas. Las tararea justo antes de saltar, de precipitarse al vacío, al borde de aquel acantilado al que todos tememos. El viento se las lleva. Juega con su melodía convirtiéndola en suaves silbidos hasta que llegan a tus oídos.
No, no oyes esos gritos. Y una vez más, es mejor así.

He soñado contigo otra vez. Lo cual confirma cuánto me gustaría poder quererte abiertamente.

"I dreamed you were there, so complete and undemanding. Yes, you were with me... with the summer at my back"


(03.06.09)

direction unknown.

domingo, 29 de noviembre de 2009
Otro tren que sale de esa estación para no volver jamás. Se aleja hacia destinos insospechados, quizá observando el infinito desde un antiguo catalejo y fijando su rumbo en esa dirección. Es posible que llegue el día en que logre llegar hasta él, pero puede que la odisea no vea nunca un final.

Cada vez quedan menos trenes así, y éste ya es el último para muchos. Todas las localidades habían sido reservadas con antelación, sin embargo son pocos los que ocupan su lugar en su interior.
¿Por qué?
Muchos tienen miedo de enfentrarse a ese viaje.. quizás por perder lo que tienen, por tener que dejar a un lado el papel que se han acostumbrado a interpretar... por encontrarse a sí mismos y no ser quienes piensan que son. Lo han dejado pasar y ya no hay vuelta atrás, aunque se arrepientan o aunque hagan como que nunca se les presentó la oportunidad de subirse.
Otros simplemente lo perdieron, llegaron tarde. ¿Qué se puede decir de esas personas? Algunos de ellos aún corren detrás de la misteriosa locomotora intentando aferrarse al último vagón, que ya se pierde en el horizonte. Saben que jamás llegarán a alcanzarlo, pero siguen corriendo. Quizás porque están muy lejos para volver al andén y recuperar sus monótonas vidas, quizás porque ya no encuentran razones para hacerlo. Sólo hayan excusas para seguir luchando por algo que resulta ser imposible.

A estas alturas me veo obligada a preguntar:
¿Cuál es la opción más cobarde... volver atrás y enfrentarse al hecho de haberlo abandonado todo por un sueño al que se ha renunciado por considerarlo irrealizable o seguir corriendo por no volver y enfrentarse al hecho de haberlo abandonado todo por un sueño por el que, a pesar de ser irrealizable, se va a seguir luchando?



My sleep patern changed.

I'm sinking like a stone in the sea...
I'm falling like a drop on the pavement...
I'm hiding like a dying night...
I'm crawling like a wave in the distance...
I'm burning like a bridge for your body.

I'm thinking that I should start to think...

poison oak.

martes, 17 de noviembre de 2009
...el final de la parálisis. Ya no es una simple estatua olvidada.
Recuerda cuando el teléfono era una decrépita lata atada a una cuerda...y cuando se dormía escuchándola hablar.
Su voz... la echa de menos.
Ella no tenía miedo. No tenía miedo a morir, y eso le asustaba a él.

En las fotos posaba con viejos vestidos de colores raidos y una sonrisa en armonía con sus delicados rasgos. La polaroid que ambos compartían...¿qué fue de ella?
Tantos momentos inmortalizados que ahora ya no están, que se escaparon con el tiempo.
"¿Te avorgonzabas?¿Por qué las escondiste en un cajón?"
Sigue hablándole, aunque ella tampoco está; se fue para siempre. Pero él cree que ella le sigue escuchando, porque sigue pensando que está a su lado. Le habla, le susurra tiernas palabras a ese oído ausente... ¡Hay veces que incluso discute con el vacío a su alrededor!
Y, en ocasiones, calla, como si esperara una respuesta que jamás llegará.
"En realidad, creo que nunca te he querido tanto como cuando me diste la espalda, cuando pegaste aquel portazo que retumbó en mi interior... Cuando robaste aquel coche y huiste al infinito, dejándome atrás...
Yo era joven, aún creía en la guerra.
...
Dejemos que los poetas lloren hasta caer rendidos, que sus lágrimas caigan como trágicas palabras por ti...Y así éstas volverán a convertirse en vapor, creando de nuevo rimas imposiblemente hermosas."


Han pasado más de veinte años y sólo queda un campo embarrado donde antes estaba el jardín... Todo sigue empapado por su llanto, a pesar de que los relojes han dado ya miles de vueltas desde que sus ojos quedaron secos. Es como si el viento se negara limpiar de recuerdos ese espacio destruído por el dolor que causó su muerte.
Su camiseta manchada con la sangre que derramaron sus dulces labios cuando decidió volver para decir adiós también sigue mojada.
Quizá se paró el tiempo cuando ella...desapareció.
Las paredes aún acogen los gritos que se han ido apagando poco a poco, aunque también resguardan las tiernas palabras susurradas tiempo atrás, pero ya empiezan a difuminarse en la madera desconchada.
Quizá solo se ha parado para él.
Tiene momentos de lucidez, en los que se alegra de que ella se haya ido y por fin sea feliz, como siempre había soñado. Siente las ganas de serlo también, pero cuando está apunto de conseguirlo vuelve a envolverlo la demencia.
Sigue en ese lugar, arrinconado, sin poder escapar. Rie por no llorar. No es más que un loco nostálgico.

"Nunca imaginé que esta vida fuera posible... Sigo esperando que aparezcas por detrás tapándome los ojos, feliz, sin marcas en las muñecas, sin los ojos hinchados... Como antes"

Sabe que no es posible, pero no quiere aceptarlo. Retorna a encerrarse en su locura y así parece más real.

Y ahora está sentado junto al piano; borracho. Cuando toca las teclas todo parece darse la vuelta, todo se convierte en un tornado a su alrededor.
El sonido de la soledad le hace más feliz... así puede aguantar el hecho de seguir vivo. Y aunque ella ya no lo esté, sigue riendo en su memoria (¡a veces hasta a su lado!), en ese campo embarrado que antes era el jardín.


autumn passing.

domingo, 15 de noviembre de 2009
Estoy contigo, aunque no me veas. Te acompaño mientras duermes; cada vez que te sumerges en tu subconsciente... en un mundo de subrealismo. Cuido de ti, lo intento... aunque no te des cuenta... aunque a veces la distancia me lo impida. Pero siempre estoy ahí.

Estoy a tu lado mientras tratas de descubrir un mensaje escondido en el silencio. Rescato sonidos que no eres capaz de oir. Palabras que se precipitan a un vacío inexistente. Reparo todo eso que dejas pasar, porque es valioso. Mucho, aunque no te des cuenta.

Estoy detrás de ti cuando caminas junto al destino y besas sus gélidos labios. Todas esas tardes de otoño en las que parece que el frío ha invadido nuestros cuerpos.

Aunque no me veas estoy ahí, cuidándote.
Siempre estaré ahí, aunque no te des cuenta.

a moment of clarity.

martes, 10 de noviembre de 2009
En mi memoria quedan recuerdos que jamás se borraran con el tiempo. Por mucho que lo desée nunca habrá una ráfaga de senilidad que se los lleve ni tampoco aparecerá una fecha de caducidad en la parte de atrás.

Todos estos, llamémoslos sucesos, permanecen inalterables en mi cerebro, como si hubiesen sido grabados a fuego en mi cabeza.

Todas estas, llamémoslas historias, siguen destruyéndome por dentro, pausadamente; como si se tomaran su tiempo para dejar al margen posibles errores... como si intentaran evitar que me diera cuenta.
No voy a mentir, me percato de esta autodestrucción, pero ya no lucho. ¿Para qué?
Simplemente dejo que la felicidad que ahora siento esconda todo eso debajo de una alfombra de metáforas. Es muy fácil fingir que no pasa nada. Es muy fácil aparentar que esa alfombra no está ahí. Pero un día ese bulto será demasiado grande y tropezaré con él... la caida será más abrupta, lo sé, ya me lo han advertido... Pero hace tiempo que decidí asumir las consecuencias de mis actos y ya es un poco tarde para cambiar de principios.

Todos estos, llamémoslos correctamente errores, no van a dejar de atormentarme... pero sé que debo vivir con ellos por mucho que me duela.

Son parte de mí.

23:47:51

domingo, 1 de noviembre de 2009
Miré mi reloj.
23:40:18

Caminaba por la ciudad. Sola. Las farolas iluminaban mi camino con su triste luz anaranjada. Nada ni nadie guiaba mis pasos en ese momento. Sólo andaba por las calles pavimentadas con antiguos adoquines. Solía preguntarme, qué personas habrían pisado esos callejones tan concurridos en la antigüedad. Me apenaba que ahora permanecieran olvidados y silenciosos esperando a resurgir de sus cenizas o tan solo a ser descubiertos por algún peatón solitario o quizá por alguna pareja que buscase tranquilidad en medio de todo barullo que comprendía aquel barrio por la noche.

Yo era feliz.
La ingenuidad siempre ha sido mi punto débil, así que sospecho que simplemente imaginaba que era feliz. Puede que incluso llegara a creerme la mentira, de tanto imaginarlo.
Además de ingenua, imbécil.

Miré el reloj.
23:43:02

Por alguna razón (que puede que llegara a entender una vez, pero que ahora escapa a mi compresión), sonreía como la imbécil que soy.
Recuerdo que sonreía de esa forma estúpida... esa sonrisa amplia que todos llevamos pegados a la cara cuando nos enamoramos. Y es que ya no tenía miedo a nada. Porque pensaba que me quería. Pensaba que jamás me haría daño. Así que no necesitaba protegerme de nada.
Y ojalá lo hubiera hecho.
Ese fue mi primer error.

Me encontré ante un cruce de caminos. A mi derecha una calle de no más de tres metros de largo que desembocaba en el corazón de El Carmen. Habría que estar loco para adentrarse en la multitud de gente que transitaba aquel lugar, como posesa, casi luchando por entrar en los locales de moda. Descarté esa opción.
Delante de mí continuaba el callejón por el que llevaba ya un rato deambulando sin prestar demasiada atención al ritmo que marcaban mis pies, sólo centrándome en mi absurda felicidad. Y, finalmente, a mi izquierda se abría una estrecha callejuela, pobremente iluminada, que dibujaba una curva desigual que me impedía ver el final de ésta. Sin pensármelo demasiado me decanté por continuar hacia la izquierda.
Y ojalá no lo hubiera hecho.
Y ese fue mi segundo error.

La sonrisa seguía sin borrarse de mi cara cuando ya estaba a punto de doblar aquella esquina tan peculiar...

Miré mi reloj.
23:47:51

Y levanté la mirada.
Y ojalá NUNCA, NUNCA, NUNCA lo hubiera hecho.
Y, por último, ese fue mi tercer error.
No el más grave, pero sí el decisivo.


Ojalá no hubiese creído que la felicidad existe y me hubiese protegido, alejándome de ella.

Ojalá no hubiese escogido el callejón de la izquierda.

Ojalá SIMPLEMENTE HUBIESE SEGUIDO MIRANDO MI RELOJ, PASANDO DE LARGO, SIN FIJARME EN MI ALREDEDOR.



Sentí como dejaba de sentir. Como mi boca se secaba. Como mi sonrisa se borraba. Como mis músculos se relajaban hasta que parecía que yo no existía, que no era un cuerpo sino una mera sombra en mitad de la noche. Como dejaba de respirar. Ahora lo llamaría... ¿shock?

Ellos no me veían a mí, pero yo sí les veía a ellos, y esto lo considero un error del destino o quizá una de sus bromas pesadas. Estaban apoyados contra la pared. A pesar de la carencia de luz veía, perfectamente, como él la sujetaba contra si. Como sus manos descendían por su espalda debajo de su camiseta y como ella se dejaba llevar. Oía su respiración; agitada. Oía el sonido de sus labios al juntarse.

De repente me abandonó esa sensación de indiferencia. El odio empezó a crecer en mi como una semilla que fermenta demasiado rápido, carcomiéndome por dentro. Mis facciones se tensaron de forma abrupta. Mis musculos se contrajeron hasta que me hizo daño el no moverme. Empecé a respirar demasiado rápido y demasiado fuerte. Sus sonidos me parecían nauseabundos. Apenás podía contener las ganas de vomitar allí mismo.

"No,no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no, no. No", no estaba segura de si lo pensaba, lo murmuraba o lo gritaba.

Oí como él decía: "Tranquila, nena, ahí no hay nadie"
Ni siquiera había girado su puta cabeza en mi dirección, estaba demasiado ocupado controlando su erección, supongo. Pero ella sí se giró. Sus ojos azules se fijaron en los míos. Pasaron de la lujuría al miedo tan rápido que apenas me di cuenta. Empujó al chico, apartándole de ella y se quedó mirándome. Si se sentía culpable y tenía miedo, a mí ya no me importaba. El dolor destruía cada rincón de mi interior, pero el odio era más fuerte en ese momento. No me había dado cuenta de que las lágrimas ya empezaban a secarse en mis mejillas. Él también se quedó mirándome, estupefacto.

Entonces me di la vuelta y empecé a correr. Oí como gritaba mi nombre, pero ni siquiera giré la cabeza. Dejé atrás la calle que conducía a la aglomeración de gente y me mezclé con todas las personas, que conversaban y reían alegremente. Volvía a notar humedad en mi rostro, pero ¿por qué iba a importarme ya que la sombra de ojos se me hubiera corrido hasta darme un aspecto ridículo?
¿Qué iba a importarme ya?


Seguí corriendo, dejándo atrás toda la muchedumbre. Oía pasos detrás de mí. Supongo que pensaba que era el eco de los míos propios. Hasta que alguien me agarro la muñeca, obligándome a parar en seco.

"Por favor, Julia, escúchame..."
"No me toques..." No la miraba a la cara, pero me costó mucho controlar mi voz igualmente.
"Por favor, escúchame..."
"¡HE DICHO QUE NO ME TOQUES, JODER!"

Se quedó atrás cuando me fui andando. Ya no corría. No siguió intentando que la perdonara. Que obviara lo que había pasado. No se esforzó. Y eso me demostró que nunca me había querido. Que simplemente buscaba la seguridad de una relación...




La habría perdonado, porque era incapaz de vivir sin ella.

síndrome de Asperger.

miércoles, 28 de octubre de 2009
I find people confusing.
This is for two main reasons.
The first main reason is that people do a lot of talking without using any words. Siobhan says that if you raise one eyebrow it can mean lots of different things. It can mean "I want to do sex with you" and it can also mean "I think that what you just said was very stupid".
Siobhan also says that if you close your mouth and breathe out loudly through your nose it can mean that you are relaxed, or that you are bored, or that you are angry and it all depends on how much air comes out of your nose and how fast and what shape your mouth is when you do it and how you are sitting and what you just said before and hundresd of other things which are too complicated to work out in a few seconds.
The second main reason is that people often talk using metaphors. These are examples of metaphors:


I laughed my socks off.
He was the apple of her eye.
They had a skeleton in the cupboard.
We had a real pig of a day.
The dog was stone dead.


The word metaphor means carrying something from one place to another, and it comes from the greek words μετα (which means from one place to another) and φερειν (which mean to carry) and it is when you describe something by using a word for something that it isn't. THIS MEANS THAT THE WORD METAPHOR IS A METAPHOR.
I think it should be called a lie because a pig is not like a day and people do not have skeletons in their cupboards. And when I try and make a picture of the phrase in my head it just confuses me because imagining an apple in someone's eye doesn't have anything to do with liking someone a lot and it makes you forget what the person was talking about.
My name is a metaphor. It means carrying Christ and it comes from the Greek words χριστος (which means Jesus Christ) and φερειν and it was the name given to St Christopher because he carried Jesus across the river.
This makes you wonder what he was called before he carried Christ across the river. But he wasn't called anything because this is an apocryptical story which means that it is a lie, too.
Mother used to say that it meant Christopher is nice name because it was a story about being kind and helpful, but I do not want my name to mean a story about being kind and helpful.
I want my name to mean ME.

autumn memories.

martes, 27 de octubre de 2009
Noto como va llegando el otoño.
Trayendo consigo la lluvia y el familiar olor de tierra mojada.

Veo como va llegando el otoño.
Tiñendo la ciudad una vez más. Trayéndome a la memoria aquellas tardes bajo las marchitas hojas de un triste árbol, con no más compañía que un un libro sin hojas aún por rellenar.

Oigo como va llegando el otoño.
Susurrando viejos recuerdos gélidas ráfagas de viento que vuelven arrastrando, un año más, arrugadas fotografías de aquellas tardes en las que los cambios zarandeaban mi mundo. En las que el silencio era el único acompañante que mis orejas congeladas ya no querían seguir escuchando.

La gente ya echa mano a sus paraguas, pero el mío salió volando...

doing some thinking.

lunes, 26 de octubre de 2009
Te necesito más que nunca... siento que me pierdo... que me voy difuminando hasta desaparecer.




Ojalá pase algo que me borre de pronto... porque no quiero seguir sin ti.

invisible wounds.

"¿Qué te pasa?"
"Me duele."
"Creía que todo iba bien aquí abajo..."
"Todo iba bien aquí abajo."
"¿Entonces?"
"No entiendo."
"¿Qué...qué puedo hacer?"
"Hace mucho que nadie puede hacer nada por mí."
"¡Pero yo quiero ayudarte!"
"Ya te he dicho que no podrías."
"¿¡Pero por qué!?"
"Porque me duele."
"¿Dónde te duele?"
"No lo sé."
"Entonces no sientes nada."
"¿Cómo das eso por supuesto?"
"¡Si no sabes dónde te duele, no sientes dolor o bien no sabes lo que es!"
"¿Acaso sabes tú lo que es?"
"No necesito saberlo aquí. Todo es perfecto."
"No lo sabes."
"¡Pues claro que lo sé! Simplemente no quiero pensar en ello."
"Sólo crees saberlo."
"..."
"¿Ves? No tienes ni idea; ya te dije que no podrías ayudarme."
"¡No puedo ayudarte si no me dices dónde te duele!"
"Ya te avisé."
"..."
"..."
"¿Te duele mucho?"
"...Sólo al respirar"
"..."
"..."
"¿y...?"
"¿Sí?"
"¿Desde cuándo te duele?"
"Desde siempre."
"No me habías dicho nada..."
"Creí que había desaparecido cuando llegamos abajo."
"..."
"..."
"Tengo miedo de preguntarte lo que significa."
"¿El qué?"
"Que te vuelva a doler."
"Entonces no preguntes."










"Quizá tenías razón."
"La tenía. No debí pedirte que saltaras."


the old woman (cinders and smoke).

domingo, 25 de octubre de 2009
Se sienta en su mecedora polvorienta, situada entre un conjunto armónico de viejas fotos y recuerdos olvidados.
No sin debatir el pasado contempla miedosa el futuro, que tiene aún muchas cosas que decir. Está asustada, a pesar de que su expresión no lo demuestre. Sólo quiere huir a un lugar mejor, y se plantea, subconscientemente, escapar. Sabe pués que no es una decisión que pueda tomarse en pocos segundos. Lo sabe con tanta seguridad como conoce su incapacidad a la hora de llevar a cabo dicha locura, pero nada le impide seguir imaginando ser feliz.

Ha dejado de recordar el pasado sin reparo... Ha decidido que ya no merece la pena seguir luchando por causas ya perdidas en el tiempo. De manera que nuevamente es libre. Puede volverse a permitir soñar cada minuto con una nueva oportunidad, quizá fruto de los desordenados bocetos de un maniático, fanático de la perfección, aún por idealizar.
A estas alturas del camino, ya en proceso de llegar a su fin, ella... ella ya no sabe si será capaz de levantarse y sostenerse sobre sus pies sin necesidad de ayuda. Ni siquiera puede afirmar que mañana vaya a despertarse.

Cada vez que su mirada se pierde en la infinidad del reloj, queda menos tiempo. Y eso significa que hoy es mañana, pues ahora tiene que buscar fuerza donde hace mucho tiempo que desapareció sin dejar rastro. Su supervivencia depende de ello. Tiene que encontrarla y centrarse en sumarle otro día a sus ochenta y siete años, en superarse una vez más.
Ante ella se encuentra el reto de mantener su pulso estable a pesar de que su corazón ya sólo lo usa para seguir viviendo. Físicamente no podemos obviar, que su estado es deplorable, pero ella se esfuerza en no derrumbarse cada vez que ve su decrépito reflejo en una de esas ventanas polvorientas.
Sigue pendiente ese cambio utópico que le prometió una adivina de un remoto circo ambulante. Así que ella lucha, forzando las trayectorias del destino para hacerse un minúsculo hueco y poder avanzar entre la multitud de gente que la rodea, pero que no la ve. Ha aprendido, no sin sufrir, a encontrar la crueldad necesaria para pisar a quien se le ponga por delante, el cinismo justo para decir exactamente lo que piensa para así ser escuchada. Y ahora, forja en su carácter un nuevo apartado ya imprescindible: la impulsividad que tanto había admirado en su hermana pequeña, mezclada con falso egoísmo. Simplemente desea hacer de su presente un bonito pasado, para que éste fuese recordado con nostalgia en el futuro.

Pueda parecer o no una perturbada, su esfuerzo será recompensado; siendo su tiempo el papel sobre el que escribirá el destino.

Y ahora camina sola. No tiene miedo de que los fantasmas de su vida la sigan atormentando, ni tampoco al tiempo que nada más nacer, ya empezó a correr en su contra. Ha aprendido que sólo hay que temer a las consecuencias. Arrastra sus pies, ayudándose con un viejo bastón, sobre las calles asfálticas impregnadas de monotonía, que a sí mismas se han teñido del absurdo incomparable de vidas vacías en las que predomina una rutina insustancial.
Sonríe mientras camina por el derrochado Jardín del Edém, fijando su mirada en la puerta, cada vez más próxima.
Sólo necesita descansar, sabiendo que las consecuencias de sus actos no se verán reflejadas en el tiempo y que, por una vez, el destino no le reprochará sus errores.
Ya no contempla causas. Ni siquiera se plantea volver.


reckless hopes (?)

Ojalá se te acabe la mirada constante...la palabra precisa...la sonrisa perfecta.

Ojalá pase algo que te borre de pronto: una luz cegadora...un disparo de nieve.

Ojalá por lo menos que me lleve la muerte, para no verte tanto...para no verte siempre cada segundo tras todas las esquinas.

Ojalá no pudiese recordarte ni en canciones..

Echo de menos cuando no tenía que preocuparme por mi cordura. Sin embargo, no cambiaría lo que me haces sentir por nada del mundo.

(24.05.09)

drowning.

lunes, 19 de octubre de 2009
Me hundo.

Me hundo en un mar de sentimientos que está apunto de desbordarse.

Me hundo sin luchar, y es que ya no tengo ganas.

Me hundo y no hago nada para evitar el estrepitoso final que se acerca implacable.

Debí fiarme de aquel que dijo que aguas profundas no son tranquilas.


(22.05.09)



answers we'll never get.

No me gusta perder el tiempo.
No me gusta regalar minutos sabiendo que no voy a poder recuperarlos.
No me gusta en absoluto, pero lo hago constantemente.

Hago esfuerzos que resultan ser en vano...
Escribo palabras de apariencia vacia, que nunca nadie se molestará leer...
¿Hay algo más triste que eso?
Un texto inquietantemente profundo que nunca será entendido... Con el que nadie podrá sentirse identificado...
Es algo terrible, pero, sinceramente, que no espero que nadie comprenda. Hace tiempo que perdí mi, ya de por sí, pobre confianza en el ser humano y su capacidad de empatía.

Si me paro a pensar, hay algo que resulta ser mucho peor. Se trata de algo tan contradictorio como mi misma forma de actuar.
Hablo de buscar respuestas a preguntas que sencillamente no las tienen. Yo lo llamaría paradoja, pero supongo que mi profesor de filosofía no estaría de acuerdo.

Hace poco pensaba que una pregunta, por muy esotérica que pueda llegar a ser, va seguida de una respuesta. Esa respuesta puede ser mentira o puede ser verdad. No importa como la califiquemos, ya que seguirá siendo una respuesta.
Pero hace menos aún, he llegado a la conclusión de que hay preguntas que no tienen respuesta. No sirve una verdad, ni tampoco una mentira. Carezco de la información necesaria para contestarla.

¿Dónde me deja todo esto?

raining outside.

Me fascinan los dias como hoy; llueve..


¿Recuerdas?

Sí... Llovía como nunca. Era increíble.. nos calaba el frío inquietante de aquella tarde.
"Bésame".
La besó despacio, leve... Así como planea una pluma mientras se aproxima al vacío.
Apenas rozó sus labios.
Entonces empezó a llorar.. Se unieron sus lágrimas al caer al suelo con las gotas de lluvia que lastimaban su cuerpo al chocar. Y desapareció. Fundida con el cielo gris y su misterioso llanto.

Quiero besarte como aquella tarde y cambiar de realidad, por favor.