demons.

jueves, 30 de junio de 2011
Búscame y me verás callejeando por la ciudad de la furia. Nadie más sabe de mí, no soy parte de nada. Nada va a cambiar, o al menos eso siento. No quedan fábulas a las que acogerse ahora que he llegado a mi repentino destino. La realidad que me envuelve es tan cruda y nítida que los cuentos son innecesarios. La violencia de este sentimiento es mi realidad. La violencia me convierte en un ser alado y como todo ser alado, echo de menos la tierra. Añoro la noche.
Se derriten mis alas con el calor de este sol. Veo el temor que provoca mi comportamiento en vuestros ojos. Pero no me arrepiento. La noche me protege, encubre mis actos, se mimetiza conmigo y yo con ella.
Vivo y me fusiono con la ciudad de la furia. Me deja dormir hasta el amanecer en sus callejones y avenidas. Sabe ocultarme bien y hacerme desaparecer entre la niebla. Aquí todo es posible.

transparent grip.

lunes, 27 de junio de 2011
Aunque no me sientas, estoy a tu lado observando cómo te pierdes entre el viento. Le susurro palabras que permanecen ignoradas por falta de fuerza. Estoy aquí mismo, contemplando los detalles, admirándolos, devorándolos, mientras la tarde muere. Oculta en el ocaso idílico del color de tus ojos, creando más frases de palabras encadenadas que en solitario no tendrían sentido. Más poesía, más cavilaciones para podértelas entregar.

Aunque no me sientas, estoy a tu lado aguardando entre esos dulces silencios en los que el agua fluye y se detiene el tiempo. Al caer la noche y al despuntar el alba, cuando huye el sol y al llover el día. Y al llover la vida.

Aunque no me sientas, estoy a tu lado. Estaré a tu lado en cualquier momento. Si tú me lo pides, yo me quedo.

bluntness.

domingo, 26 de junio de 2011
Los sonidos empiezan a tomar formas precisas. Las sombras bailan vertiginosamente con el fin de hacer palidecer lo obsoleto del momento. Es una danza turbulenta, pero sistemática. En el más profundo caos de mi interior sólo hay algo que permanece quieto, estable.

¿Es cuestión de tiempo que empiece a tambalearse?

the memory is cruel.

jueves, 23 de junio de 2011
Se sienta en el suelo, que parece estar hecho del más gélido hielo, y saca un libro de aspecto pesado del bolso. Lo abre, abatida, y mira un mapa. Está agotada; no ha dormido en toda la noche y el día no ha hecho más que empezar. Otro de esos días grises y fríos en los que el destino parece reírse de ella. Preferiría no haberse levantado de la cama y seguir entre las sábanas, soñando. Los minutos pasan lentos, arrastrando cada segundo con esfuerzo. Poco a poco, comienzan a llegar personas. Vienen y van frente a ella. Algunas se sientan a su lado, tratan de hablarle. Pero lo que no saben es que está oculta tras una densa cortina invisible. La hace inmune a las lánguidas palabras que le dirigen. Está demasiado abstraída como para prestar atención a las vácuas conversaciones de pasillo o al mapa que debería estar estudiando.

Un sonido agudo la saca de su ensimismamiento y la cortina desaparece temporalmente. Se levanta con dificultad, tiene las piernas entumecidas. Le esperan siete horas de cátedra incesante en las que dejará a su mente divagar libremente por parques lejanos. Una palabra que recuerda la hace sonreír inconscientemente. Ya han pasado varias semanas, pero ella sigue estremeciéndose al recordar aquel instante. Trata de desentrañar lo que pasaba por su mente, de descubrir cómo ocurrió exactamente... de encontrarle sentido. Pero es inútil. La única opción viable es volver a cerrar los ojos y recrear nuevos susurros.

Suspira y se apoya en la mesa, su entorno parece haberse vuelto aún más gris y apagado. El día sigue su curso inalterable, al ritmo de una canción antigua, pincelado por una ligera monotonía azul. Cae la noche y al acostarse en su cama, imagina su olor, el tacto de su mano. Se aferra a la idea de que lo que realmente merece la pena no llega de repente, pero no la consuela en absoluto.

Se sienta en el suelo. El pasillo no ha cambiado desde el día anterior. La misma gelidez, las mismas voces, las mismas caras, el mismo sonido agudo. Decaída, se deja arrastrar por la monotonía triste que la rodea.

moonsplash.

A pesar de la fecha, las noches se me hacen frías. Muy frías. A través de la ventana abierta, observo una pequeña parte del mundo y veo como en el edificio contiguo la última lámpara se apaga. La oscuridad consume el brillo mortecino de la luna que espera, tímida en el cielo, a que el sol venga a buscarla.
Un viento débil apenas perceptible, saca a bailar a las hojas de los árboles. Cada vez que una de ellas cae, el frío aumenta en silencio. El mismo viento parece robarme las palabras; mis papeles escritos salen volando, se alejan y se pierden.

¿Qué queda de mí sin mis palabras?

undressing words.

martes, 21 de junio de 2011
Es tan fácil como respirar. Tanto que me quedo quieta y callada, y creo encontrar mi mirada en tus ojos. Creo sentir que caigo, que me hundo, y a la vez creo sentir lo estático del aire.
Es tan fácil como viajar a las nubes, o a Plutón. Como arrancarme mis marcas y mis fantasmas y la sombra helada de ese recuerdo que recorre mis venas.
Resulta tan fácil como regalarme una mañana, como borrar mis tempestades y contarme historias de barcos y corsarios sumergida en la bañera.
Resulta tan fácil como hacernos compañía en esta soledad conjunta hecha de encuentros fugaces y casualidades insólitas.
¿De verdad es tan fácil?

growing pains.

domingo, 19 de junio de 2011
"La superficie se aleja lentamente. Las tinieblas se van tornando más densas. La temperatura disminuye. El frío muerde mi cuerpo. Su mano de hierro acaricia mi piel. Me hundo. La luz corta los ángulos del hielo y va dejando paso a la oscuridad más absoluta. El silencio es pesado. Algunas burbujas, las últimas, escapan de mi boca y de mi nariz. Mis pulmones vuelven a llenarse dulcemente. Mi corazón se apacigua dulcemente.
Muero.
Desde la semi-inconsciencia contemplo esa muerte. No tengo miedo. La estoy esperando. Finalmente... una luz brillante. Me ciega. Ruido, demasiado ruido. El dolor regresa. Una vez más. El mismo que me había dejado. Gente en movimiento. Su agitación se apodera de mí. Y ese dolor que palpita. Ese dolor me apuñala. Bajo mis piel la sangre golpea mis sienes frenéticamente. Mi organismo lucha por sobrevivir. Me pesan los párpados. Pesan sobre mis ojos como dos piedras."

dozy thoughtfulness.

martes, 7 de junio de 2011
En la cara de las horas de silencio y soledad, miro vacíamente a través de la estrecha habitación. Profundamente arraigada en pensamientos lejanos me aborda la consciencia. Por fin el papel deja de ser blanco:

Pour toutes les fois où je n'ai pas parlé.
Pour tous les regards éblouissants dont je fus témoins, et n'ai jamais osé le dire.
Tous les sourires, les rires. La beauté cachée, innommée.
Pour bien plus,
je veux te dire, Mme. l'Étrangère,

Tu est belle.

unearthly circumstances.

miércoles, 1 de junio de 2011
Hay dos tipos de personas.
Hay gente que es como el agua. Si es necesario, pueden transformarse en hielo, impenetrables. Pero no tardan en derretirse y continuar su fluir eterno.
Hay gente que es como el fuego. Arden en una llama enorme, arrastrando a su vez una enorme influencia. Pero no tardan en extinguirse, dejan de existir incluso en los recuerdos.

Luego aparecen subcategorías:
Hay quien encuentra el amor por la mañana con una taza de café en las manos.
Hay quien cierra los ojos para no ver, y hay quien los cierra para no ser visto.
Hay quien grita promesas al viento huracanado desde lo alto de un precipicio al borde del mar.

Me pregunto qué seré yo. ¿Puede arder el hielo? ¿Congelarse una llama?
No tengo el placer de poder toparme con el amor nada más despertar, cuando el aroma a café inunda la estancia.
No soy cobarde. No creo que cerrar los ojos solucione nada.
Lo que sí soy es idiota. Bramo palabras en mitad de la nada esperando que recibas mi mensaje. Ingenua de mí... ¿Qué soluciona gritarle al viento?