back to the bone.

miércoles, 15 de septiembre de 2010
Ya no escribo casi nada. Incluso mis cartas se perdieron en los húmedos limbos de mi memoria regulada , por desgracia, por las campanadas de mi subconsciente. Las hojas revolotean delante de mis ojos, el viento susurra que algo marcha mal.
Últimamente me entero de cosas escalofriantes. Cosas que transforman los huesos en hielo, pero por lo menos no queda mucho para el viernes. Algo de calor en mi piel... por fin. Saldré del frío de mi todo de mierda. Un poco de ruido saturará mis oídos.
He estado guardando "secretos de estado". He subrayado la fecha en mi calendario y al hacerlo, tiemblo un poco más. Mis pupilas se contraen.
Algo curioso, los secretos. Los coleccionamos como joyas, los envolvemos en el laberinto de nuestras mentes. Son tan numerosos como las gotas de lluvia que repiquetean en el techo y las ventanas. Mis secretos me levantan la moral. Me han salvado en más de una ocasión. Y después, al llegar a casa - la cara más blanca que una hoja de papel - abrazo mi arsenal de "subyacentes". Condicionan mis actos. Ruled by secrecy. Tan simple como eso.
Sólo hay dos cosas que me consuelan en este momento: mis pensamientos y el cielo gris. Quizá debido a que son constantes. Equilibrio.

basement flowers.

martes, 13 de julio de 2010
Quiero noche.
No necesito la luz del día ni los contornos tan precisos de lo que me rodea. No me importa que que haya cosas que hacer en este día de calor insoportable. Quiero mi noche, mis sueños y mis viajes a través de la oscuridad de mi subconsciente. Prefiero ese mundo en el que nada es verdaderamente extraño, el increíble mundo de las posibilidades donde, por lo menos, puedo darte un beso.
Quiero perderme. Piérdete conmigo. ¿Nos vamos?
No me importa a dónde, de verdad que no. No me gusta que me digas que es muy arriesgado. No me gusta...
Como alternativa podemos escondernos en el sótano. Por lo menos hasta que pase la tormenta.

fridge poetry.

martes, 6 de julio de 2010
A menudo bebo poesía,
mas parte de mí es oscura:
quiere tu alma y desea tu beso.

Soy pálida noche;
eres triste mañana de invierno.
Yo engaño al caos y comprendo el silencio.
Tú susurras sueños y suspiras el viento
Curiosa armonía en tu voz y en mi tiempo.

butter paradoxes.

viernes, 2 de julio de 2010
Echo de menos esos paisajes que poco a poco aprendí a odiar. Los echo en falta y eso me exaspera. Soy un saco de paradojas.
Arena en los zapatos; la puesta de sol detrás de la enorme ventana del autobús.
La vista desde la última fila del último edificio en la azotea más alta de la ciudad.
Los días de kohl y las uñas ensangrentadas. Canciones manchadas en la biblioteca.
Las calles se sepia, empapadas, cuando llego a mi destino.
Los golpes de blues, la bruma que empaña las aceras. Las callejuelas enmarrañadas que recorren como venas el cuerpo de este lugar.
Blackbird.
Parece que ahora eres libre y que yo también lo soy. Tu vuelo tiene un sabor amargo.
Revolución y revolucionarios o revolucionarios y revolución?
No quiero ver como te alejas. Te tenderé la mano, llegaré más allá de los límites de lo humanamente posible. Tengo ganas de llorar en tu camiseta, aunque suene patético. Quiero continuar con mi llanto en el autobús de vuelta a casa y quiero que me mires una última vez, incluso si no es posible.
Yo, que siempre he preferido la compañia de las nubes a la de los seres humanos, jamás había querido quedarme con nadie salvo contigo.

thought but never written.

lunes, 17 de mayo de 2010
Curt,
Es duro mirarte. Lo admito. Me cuesta ver lo que esto ha hecho de ti. Me resulta casi imposible mantener tu débil mirada sin avergonzarme. Eres fuerte. Luchas por tu vida. Cada vez que tu corazón late es como un milagro. Te duele, pero no quieres irte. Te cuesta dejarme atrás. Sin embargo soy yo la que no puede más. Soy yo la que llora desconsoladamente a tu lado cada noche. Intentando no hacer ruido para no perturbar el único momento en el que tu mente puede descansar del dolor a la que es sometida día tras día.

Sabes perfectamente que me lo puedes pedir todo. Te quiero. Aunque te cueste creerlo. Me encantaría poder besarte, pero sé que entonces seguirías sufriendo durante más tiempo del necesario. Sólo por quedarte junto a mí. Deja al menos que te coja la mano. Pídeme que me acerque a ti y que no me separe nunca. Voy a echar tanto de menos tu presencia... Apenas puedes imaginártelo.

No quiero que éste sea tu final. Tú, siempre tan lleno de energía, tan vivaz... no puedes acabar podrido en una camilla de un frío hospital. No puedo permitirlo.
¿Sabes qué haremos?
¡Una fiesta! ¿Qué te parece?
Junto al estanque. Nuestro lugar secreto, ¿te acuerdas?
Y vendrán todos. Todos nuestros amigos, toda la gente que te quiere... ¡incluso el anciano del quinto!
Sé que te encantaría.
No sabes cuánto voy a echarte de menos. No me dejes, por favor.

no name.

martes, 11 de mayo de 2010
Me zambullo en mi imaginación.
Mi atención es atraída por un arbolito cuyo nombre desconozco. Ese tipo de arbusto gigante con puntos cubierto de flores color púrpura. El sabor de mi té consigue que un escalofrío recorra mi espalda... El viento fuera y el aroma a limón, algo no marcha bien. Son días de slow business, esos en los que pierdes el rumbo y parece que no vas a volver a encontrarlo. Tengo ganas de estirar el cuerpo y de andar hasta la parada - estructural acero y vidrio - de tomar notas frenéticamente, de estar en el lugar correcto en el momento adecuado.
Ayer me pareció ver un fantasma.
Y me rio de mi misma por comer demasiada ficción, es bien sabido. La fascinación por lo que no existe. Héroes en busca de huellas en la nieve, melodías y misterios.

¿Que os obsesiona últimamente?
A mí la inutilidad del polvo.

resurrection fern.

miércoles, 5 de mayo de 2010
Hay algo hermoso en la oscuridad.
Algo fascinante en las palabras de Murakami, en medio del polvo y del acero, entre los sonidos que buscan desesperadamente su origen. En los lugares silenciosos de mis pesadillas, los inmensos edificios vacíos y las minas de carbón.
Quiero un no-sé-qué en el hueco de la palma de mi mano, una chispa brillante, una llama viva, una especia desconocida. O quizá un veneno. Mis ojos brillan peligrosamente.

Hay algo hermoso en el miedo.
Hay algo hermoso en el miedo, que me da ganas de escribir, incluso en plena noche, envuelta entre el mundo de los sueños y la negrura de la habitación. Con la tranquila música de fondo a la vez que se resquebrajan los muros por encima de mis sienes sudorosas.

Hay algo hermoso en el dolor.
Hay algo hermoso en el dolor, en mi pecho inflado, en la voz quebrada de los que cantan para ayudarme a conjurar.

A veces, sólo a veces...
A veces me gustaría crear más pesadillas.

voices inside my head.

martes, 4 de mayo de 2010
Te quedan quince minutos. Ni uno más ni uno menos.
"..."
Sabes perfectamente qué es lo que pasará entonces.
¡PLUF! Habrás desaparecido. También sabes que no hay vuelta atrás. Pero si te sientes mejor, puedes seguir negándolo...
¿De qué te sirve hacerlo?
"..."
¡Vamos! No, a mí no me mires, eres tú la conoce todas las respuestas.
"..."
¿De verdad quieres seguir perdiendo el tiempo de esta manera? ¿Discutiendo con una voz en tu cabeza?
Me parece inútil, pero allá tú...
"..."
¡Oh, vaya, por fin! La señorita, empieza a pensar qué hacer.
"..."
No, ya te he dicho que no hay vuelta atrás. Querida, no insistas, no es de buena educación. Es un suceso ineludible.
"..."
Deja de llorar, tampoco va a servirte de nada.
Podrías hacer otras cosas en los 13 minutos que te quedan...
"...?"
¿Y yo que sé? Ya te he dicho que tú eres la que sabe las respuestas...
"...!"
¡Vale, vale! No chilles.
Podrías...masturbarte (o llamar a Jackson)
"..."
¿No?
Podrías fumarte un cigarrilo o dos...
Veamos... ¡Podrías darte una ducha!
O podrías combinar las dos cosas...
Fúmate una ducha mientras te das un cigarrillo. Quiero decir... Bueno, ya sabes lo que quiero decir.
"..."
¿Por qué no llamas a Margarett? Os habíais peleado...
Quizá a tu padre, o a Ryan para mandarle a la mierda definitivamente...
Te quedan 7 minutos así que decídete rápido.
"..."
Esto me parece degradante... apenas te queda tiempo y te fumas un cigarrillo.
Te dejo. Se acabó.
"...!"
Ya sé que te lo he sugerido yo, pero ahora que lo pienso no me parece bien que lo hagas.
"..."
No, no pienso quedarme.
"..."
¡Qué no!
Muérete de una vez...

Hell-Dunkel-Kontrast

El martes es blanco y negro.

Negro por su placer, su dulce sombra que me envuelve y me consuela. Tras mis párpados herméticamente cerrados bailan halos de luz, figuras geométricas inexistentes y colores que no podemos ver, como en un cuadro de Kandinsky. Mi cabeza descansa suavemente sobre mis brazos cruzados. Ya no noto el agua, que cae en ráfagas contra la ventana y satisface mi deseo por la humedad. Queda el rastro de una vieja sonrisa sobre mis labios, estoy cayendo entre las grandes gotas que chocan contra el suelo y una especie de duermevela.

El martes es negro y blanco.

Blanco por la densa niebla de la tarde y la pureza de la canción que escucho. Ahora soy libre y respiro. Mi mundo es la luz. Mi mundo es ligero, vibra con una llovizna que transformada en lluvia corre por mis manos manchadas de un tono carmesí. La luz es cada vez más tenue, pero parece que el rojo brilla en la oscuridad. Me agacho y cojo pedazos de poesías, pedazos de sentimientos en el corazón de gente a quien no conozco. Al poco tiempo de deshacen entre mis dedos, que todo parecen tintarlo del color de la muerte. Es lo único que el agua no puede arrastrar consigo. Me atormenta algo más pesado que cualquier roca o tronco.
Lo que me espera es, probablemente, otra noche de insomnio plagada de pensamientos que no puedo seguir evitando.

Tengo miedo.

moans.

domingo, 21 de marzo de 2010
Me pinté los párpados con un trazo negro limpio para aproximarme a la bóveda celeste.
Ahora me siento azul. Soy azul. Siento mi cuerpo nocturno, solitario y misterioso. Tengo una sensación extraña, casi como si me piel gritara de desesperación, suplicando ser amada. Mi mente se muerde las uñas, oscila entre sueños románticos y fantasías inexplicables. Mi respiración se vuelve agitada, casi jadeante y Ms. John Soda grita. Él me lleva. Mi labio inferior se vuelve rojo. Mis púpilas se dilatan, negras, hipnotizantes... como un pozo de deseo profundo. Mi voz se rompe, ronca. Portavoz de mi piel que se quema en una llama azul.
Todo lo que haría por ti.
Picada por una aguja que hace latir mi corazón todavía más fuerte, sujeta a tu alma, desnuda frente a tus ojos. Azules.

Y a ti, ¿qué te hace temblar de deseo?

yellow, everything's black.

Me asomo a la cubierta y miro el cielo esta noche: no hay estrellas ni luna, sólo una impenetrable cortina de oscuridad. Inconscientemente doy tres pasos hacia atrás; me da miedo la oscuridad. Cierro los ojos y olfateo el aire, que huele realmente bien, casi como mi libro de hace unos años. Sonrío al pensarlo y olvido que me rodean abrumadoras tinieblas. Un recuerdo de hace menos de un par de días me coge la mano para llevarme a su curso.
Estoy con la chica de cabello rubio y caminamos por una carretera que atraviesa la bahía. El cielo ya no es negro, sino dorado. Cantamos en voz alta una canción absurda, llena de energía... una bola de alegría resplandeciente. Mis pies golpean el asfalto, me fascina la sensación de fuerza en mis piernas cuando corro. Mis brazos atrtaviesan el aire, vuelan por sí mismos.
En plena campiña francesa, entre viñedos centenarios y con el mar como espejo. El paisaje es tan hermoso que la euforia se apodera completamente de mi cuerpo. Estamos hablando animadamente, pero no sé de qué exactamente.
Al pasar entre los pinos que esconden nuestra pequeña cala, el sol proyecta una luz tan pura sobre nuestras caras sonrientes que parece que no sea real.
Recuerdo una época lejana en la que cada día era de color amarillo, había miles de matices diferentes, pero siempre seguía siendo amarillo, nunca negro. Quería jugar con las olas y con los rayos del sol.
Ahora, sin embargo, no me atrae la luz y odio la oscuridad. Así que no me queda más remedio que conformarme con vivir en la penumbra.
No lloro porque una chica que no vierte lágrimas es fuerte y vivirá siempre.

about beauty.

martes, 9 de marzo de 2010
¿Ha muerto otra tarde junto al mar?
Ocurre tan a menudo que ha dejado de ser tragedia. Ahora que la oscuridad invade el mundo soy alguien ciego en la penumbra, en la noche y la penumbra de esta noche.
Soy alguien que marcha a lomos de sus libros y sueña, en un idioma antiguo, con ser alguien en lugar más libre.
Soy también la carne de otro que me abruma, lunas, silecios, llanuras, bosques y años gastados, esplendores y sombras.
Soy el tiempo que vibra, que tiembla seguro cada instante, la tarde que muere y desfallece en la nostalgia, cinco o seis palabras aprendidas a cambio del dolor de la existencia.
Soy el monótono inventario del aire centrado en un perímetro no infinito.
También soy el incierto destino y la carne ultrajada por sus certeras flechas.
Soy el recuerdo de un nacimiento que se pierde entre las olas del mismo mar frente al que muero. Han caído en la playa las estrellas, llueven mis ojos luz sobre la arena...

lost places I can find.

domingo, 7 de marzo de 2010
Me subo al muro y contemplo ese paisaje prohibido. Me sumerjo en los comienzos del anochecer, que a su vez se sumergen en las aguas tranquilas de un mar aparentemente en calma. Es, con diferencia, lo más bonito que he visto nunca.
No comprendo por qué no me dejan pasar al otro lado y sentir bajo mis pies esa arena de aspecto aterciopelado. La frescura del agua cristalina acariciando mi piel. El viento jugando con mi risa. Dicen que es peligroso dejarse llevar a ese paraje desconocido. Dicen que no es más que un espejismo que te consume. Dicen que con el tiempo, te es imposible ver las cosas de forma objetiva, cómo hacemos siempre, si no sólo de forma subjetiva, cómo si estuvieras fuera de tu cuerpo. Dicen que si pasas demasiado tiempo allí acabas por perderte. Y dicen que si te pierdes, ya nunca vuelves. Y como nadie ha vuelto después de perderse, no se sabe exactamente lo que te pasa. Es cierto que asusta, pero estoy harta de la razón. Inconsciente, salto a cámara lenta de la pared que me sujeta a la perspectiva de la realidad. Tengo tiempo para contar las ramas desnudas de los árboles, que llevan desnudas desde el inicio de mi existencia. Ahora se pierden detrás de mí, seguramente para siempre, porque tengo intención de perderme.
Una duna frena suavemente mi caída. La arena es exactamente como imaginaba, puede que incluso mejor. Una ola de felicidad invade mi cuerpo repentinamente. Me pongo en pie y corro hacia el agua. Corro y corro, pero parace que no llego nunca. Cuando al final la alcanzo me siento realmente eufórica.
[...]

midnight reflex.

sábado, 6 de marzo de 2010
Hay una dulce amargura en todo lo que dices, y yo me amargo pensando que nunca sabré el por qué. Sonrío, descubriendo mis dientes.
Y luego escucho tus historias y tu risa y me siento a gusto. A veces, cuando hablas de cosas que te parecen extrañas yo te comprendo. A veces, con un poco de práctica, consigo leerte.
Creo que te pertenezco.
Que a medida que pasa el tiempo, estoy más ligada a ti. Mi alma, mis escalofríos, mis recuerdos... Creo que es inevitable. Te sonrío, y trato de transmitir mi estado de ánimo de limón a tus ojos grisáceos.
Respiro y tengo la impresión de que te respiro a ti. Mis pulmones se llenan de aire de primavera.
Suspiro.
Sí. Creo que te pertenezco.

big my secret.

jueves, 4 de marzo de 2010
"La ola de calor roza nuestra espaldas produciendo una curiosa sensación de cosquilleo. Como un inesperado escalofrío que nos agita. Nuestros ojos se cierran de felicidad. El aire huele a pino, mis mejillas están suaves, arden, arden y probablemente tengan un color vergonzosamente rosado. Me encanta escucharte reir, hace que quiera escribir cartas llenas de alegría azulada en mi blanca piel. Llenas la habitación con esa lluvia de sol que sólo tú eres capaz de crear con tu risa.
Sueño con el verano y con las noches que pasé sentada en la arena reflexionando sobre el tiempo o llorando cuando no estabas. Pero el presente es predecible y tranquilo. Intento memorizar tu sonrisa con absurda precisión, cada sombra y cada destello que proyecta. La inspiración parece venir de todos lados, calienta mi corazón y mi mente, como esa ola de calor que ha pasado hace un rato.
Las manos en los bolsillos, redacto mi lista de proyectos..."

Y sin embargo, todo se da la vuelta en cuanto me dedico a pensar. A pesar de toda esta felicidad podría escribir las palabras más tristes esta noche. No puedo evitar sentir que te he perdido, y es imposible no pensar que ya no te tengo. Mi mirada te busca, todo mi ser te busca, pero tú no estás a mi lado. Solía tenerte entre mis brazos en frías noches como ésta, y es por eso que mi alma no soporta el haberte perdido.
Pero qué importa que yo ya no sea suficiente... la noche es tan inmensa que me engulle, y tú no estás conmigo; ovillada junto a mi cuerpo que anhela algún resquicio de calor.
Cuánto te quiero, es cierto, pero cuánto te quise. Tanto que mi voz buscaba el viento para acercar tiernas palabras a tu oído. Ahora éste gira en la noche y canta. La misma noche que hace blanquear los mismos árboles. Todo sigue siendo igual, pero para ti no sigue siendo lo mismo.

trips to the unknown.

miércoles, 24 de febrero de 2010
Acabo de regresar y el deseo de marcharme me acecha de nuevo. Quiero montañas surcadas por corrientes de agua, calles verdes y pobladas.
¿Cuál será mi próximo destino? ¿Una ciudad de clima sofocante o un pueblo escondido en la más densa bruma?
Mi cuaderno está ya lleno de bocetos y apuntes sobre paisajes de ficción. Correr, saltar, aproximarse a las nubes, aunque sólo sean unos pocos centímetros. Coger una cámara y fotografiar todo aquello con lo que siempre he soñado. Vivir todas las artes que existen, abandonarme a ellas.
A veces mis sueños se convierten en sucesos tan extraños que me acechan todo el día. Se pegan a mi piel como una capa de calor. La libreta de borradores negra se ha convertido en hojas surcadas por corrientes de tinta; un verdadero caos, un desorden sin nombre. Acabo de leer una página en la que anoté uno de mis sueños para no olvidarlo. Encaja muy bien con mi estado ahora mismo
"Se podría comparar con un mosaico. Una colección de momentos de silencio, de conversaciones, de miradas. Un panorama extraño alrededor de las ruinas de la Edad de Oro. Un reencuentro de dos personas, que es lo que podríamos llamar destino"

the book of fate.

Mi cuerpo inmóvil. Los hombros fríos. Me quema la garganta.
Ahora quiero verte; necesito verte. Lo pienso y mi corazón adopta un ritmo que no reconoce.
¿A qué huele? Aún siento el tabaco y los dulces con wasabi. Eso es, el confuso sabor de las especias y el familiar olor de los cigarrillos. Debe de ser lo que colapsa mis sentidos.
Se mueven las sombras a un ritmo alarmante, en un baile que entumece mis impulsos. Tu silueta, aparece y se desvanece en un espacio intemporal.
Es necesario que sueñe esta noche, que sueñe contigo, es imperativo. Me despertaré, puede que llorando como esta mañana o riendo como antes de ayer. Azul o rojo, sorprendente o incandescente, no tiene importancia. Temblar, sólo por ti, como cada día que juego con el baúl de nuestros recuerdos.
Siento mi pulso en el hueco de mi cuello. En el fondo, me gustaría pararlo, bajar el ritmo, pensar con claridad.
Pero... ¿cómo detener un corazón palpitante de esperanza?

vancouver.

martes, 23 de febrero de 2010
{26.07.08}
Se difusiona la frontera entre realidad y ficción mientras camino por la cuarta avenida. No quiero volver atrás. No. No. No.
Sigo el camino hacia Kitsilano Beach; lo recorro todos los días desde hace casi un mes, así que no necesito pensar en mi siguiente movimiento. Me acerco a la esquina de Vine St. y me paró un momento. Frente a mí, la parada. La fátidica parada. Lo más lógico sería coger el 22 para ahorrarme una larga caminata, sin embargo vuelvo a caminar, alejándome de ese remolino de recuerdos que intenta succionarme como un agujero negro. Mi expresión no cambia, ni mi postura, tan solo el ritmo de mis pasos se acelera. Quiero largarme ya. Por supuesto, el semáforo está en rojo. Perfecto. Parece ser que hasta el destino intenta jugar conmigo. Por fin para el tráfico. Estoy apunto de echar a correr, pero me contengo. Ya no tiene sentido contenerse; lo hago de todas formas.
¿Por qué? ¿Por qué vuelvo a pesar de todo? ¿Qué espero encontrar allí?

[...]

voices inside my head.

lunes, 22 de febrero de 2010
Te quedan quince minutos. Ni uno más ni uno menos.
"..."
Sabes perfectamente qué es lo que pasará entonces.
¡PLUF! Habrás desaparecido. También sabes que no hay vuelta atrás. Pero si te sientes mejor, puedes seguir negándolo...
¿De qué te sirve hacerlo?
"..."
¡Vamos! No, a mí no me mires, eres tú la conoce todas las respuestas.
"..."
¿De verdad quieres seguir perdiendo el tiempo de esta manera? ¿Discutiendo con una voz en tu cabeza?
Me parece inútil, pero allá tú...
"..."
¡Oh, vaya, por fin! La señorita, empieza a pensar qué hacer.
"..."
No, ya te he dicho que no hay vuelta atrás. Querida, no insistas, no es de buena educación. Es un suceso ineludible.
"..."
Deja de llorar, tampoco va a servirte de nada.
Podrías hacer otras cosas en los 13 minutos que te quedan...
"...?"
¿Y yo que sé? Ya te he dicho que tú eres la que sabe las respuestas...
"...!"
¡Vale, vale! No chilles.
Podrías...masturbarte (o llamar a Jackson)
"..."
¿No?
Podrías fumarte un cigarrilo o dos...
Veamos... ¡Podrías darte una ducha!
O podrías combinar las dos cosas...
Fúmate una ducha mientras te das un cigarrillo. Quiero decir... Bueno, ya sabes lo que quiero decir.
"..."
¿Por qué no llamas a Margarett? Os habíais peleado...
Quizá a tu padre, o a Ryan para mandarle a la mierda definitivamente...
Te quedan 7 minutos así que decídete rápido.
"..."
Esto me parece degradante... apenas te queda tiempo y te fumas un cigarrillo.
Te dejo. Se acabó.
"...!"
Ya sé que te lo he sugerido yo, pero ahora que lo pienso no me parece bien que lo hagas.
"..."
No, no pienso quedarme.
"..."
¡Qué no!
Muérete de una vez...

my way to happiness.

domingo, 21 de febrero de 2010
Lo siento. Lo siento de verdad.
Mis más sinceras disculpas por cada vez que te digo que te quiero y no te miento, por quedarme mirándote con cara de tonta, por quedarme sin aire cada vez que te acercas, por besarte y no poder alejarme. Por cada sonrisa que compartimos, incluso las forzadas. Perdóname por entregarte mi tiempo, por no querer que te separes de mí ni un solo segundo, por querer inventarte cada vez que te deslizas entre mis sábanas. Por perderme en tu cama, por planear cosas y no sentirme rara. Disculpa también por recordarte el pasado, por hacerte sentir mal, por estar loca de remate, por escribir cosas que no debería. Perdona por estudiar cada milímetro de tu cuerpo, por detallar cada poro de tu piel, por alterarme cada vez que se me acaban las palabras, que se van sin pedir permiso. Discúlpame por querer proteger esto demasiado, por joder los momentos. Perdona cada frase mal formulada cada vez que rozo con mis dedos tu espalda. Disculpa por querer que me quieras, porque hacerte feliz se haya convertido en una prioridad. Por no poder dejar de quererte, ni tampoco querer hacerlo.

morning glistens cold.

martes, 16 de febrero de 2010
Nada más despertar me concedo un minuto para el absurdo.
"Todo el mundo piensa cosas absurdas. Todo el mundo dice cosas absurdas; lo malo es decirlas en tono solemne."
Noto como mi conciencia empieza a levitar sobre vuestras mentes ineptas al ritmo plúmbeo de una gran ciudad.
Estás harto, perdido en un sistema social decadente; sin solución. Has entrado en ese callejón del que ya no puedes salir. Exacto, ese que está a dos pasos de la rendición.
Necesitas algo más, algo nuevo, impactante. Algo... algo que te saque de tu mundo de humo y sonidos estridentes, de papeleo infinito y peleas absurdas, comida mala y sexo sin sentimiento. Te has atiborrado de frialdad, cinismo y mentiras disparatadas. Pensabas que todo sería más fácil así, podrías triunfar y vivir entre paredes forradas billetes de los grandes. Te propusiste matar cualquier sentimiento salvo el rencor, después de todo, sería rápido y eficaz.
¿Me equivoco?
Mira cómo has acabado. Has pasado tus horas muertas desperdiciando tiempo y lapidando tu vitalidad, torturándote sin piedad.
Has llegado a odiarte a ti mismo, a desear tu propio mal. Llegaste a pensar que no había nada más. Olvidaste tus metas y con ello condenaste a tu felicidad, renunciaste a luchar.
Te consume a diario, y yo sigo tu sufrimiento a tu lado, siendo incapaz de ayudar, mas consciente del predecible final, no opto a renunciar.
Ese suplicio que me veo obligada a soportar cada mañana al observar tu mente se ha convertido en mío. Apenas sin percatarme he empezado a pensar como tú. Como un psicólogo trastornado por el sufrimiento de de su paciente me has contagiado tu delirio, impertinente.

metamorphosis.

domingo, 14 de febrero de 2010
Cuando algo sacude tu vida de forma importante te hace pensar. Reflexionas sin tener muy claro sobre lo que va a pasar a partir de ese momento. Y entonces, antes de que te des cuenta, has dejado de ser la misma persona, tu vida ha cambiado por completo. No ves las cosas igual que antes. El carácter drástico de dicha transformación es diferente según LO que haga nos haga cambiar. En este caso hay muchos factores que entran en juego.
¿Qué es lo que nos transforma? Puede tratarse de un libro, una película, un balonazo en la cara, un filete demasiado crudo o demasiado hecho, una llamada que nunca recibimos, un cigarrillo, una enfermedad, una obra de arte, una rotura de nariz, unas navidades, un perro, una muerte, un viaje, un mal polvo, uno bueno, una ahogadilla, un día diferente a los demás, un trauma, una persona... sobretodo una persona.
Yo creo que hasta la metamorfosis más violenta es posible. Nuestras opiniones políticas pueden dar un giro de 180º grados (fahrenheit o celsius, eso depende del optimismo de cada uno), todo nuestro armario puede acabar en el contenedor de la esquina, ¡incluso nuestra sexualidad puede verse afectada!
Todo depende de nuestra percepción.

alice.

domingo, 7 de febrero de 2010
¿Cómo consigues hacerme sentir así?
Sí, te pregunto a ti y sé que lo sabes.
¿No quieres responderme o es que no sabes responderme?
Puedo parecer un detalle insignificante, pero a mi me parece un matiz que se debería tener en cuenta. Está claro que si careciera de importancia no me molestaría en hacerte esa pregunta.
Bien, dime. ¿Qué es lo que haces?
No creo en la magia ni en los fantasmas y mucho menos en el amor. Harry Potter me parece estar más sujeto a la realidad y a la razón que ese término abstracto tan desconocido para mí. Por lo tanto, no esperes que me crea esa respuesta. Yo no siento amor. De hecho, el amor no existe. En caso de que exista, me atrevo a afirmar que es como el arte moderno, objetivo... sin utilidad.
Ya veo que insistes. Entonces, ya que lo sabes tan bien, dime que es el amor. Yo no puedo decírtelo, porque no lo sé. Es como intentar definir el aire o el frío.
Lo único que yo puedo hacer es mirar dentro de mí. Buscar mis sentimientos y toparme con mi propia conciencia, que, por supuesto, los negará. Eso no quiere decir que yo no sepa que están ahí. Se parece a ignorar a una persona molesta. Aunque es un poco más costoso.
Veamos... Siento la necesidad de besarte. No te molestes en explicarme la diferencia entre necesidad y sentimiento, porque soy lo bastante inteligente como para darme cuenta de que en este caso viene a ser lo mismo.
También necesito mirar tus intensos ojos, tan verdes como el mismo corazón de un bosque. Bueno, no creo que sea amor. ¿No?
Quiero decirte que te quiero. Pero querer a alguien no significa sentir amor. No no no no no.
¿O sí?

thought but never said.

domingo, 24 de enero de 2010
Agatha,
Date la vuelta. Deja de mirarme. ¿No ves en lo que me he convertido? Soy un cuerpo sin vida. No queda nada de lo que era antes.
Apenas soy capaz de mantener mis huesos dentro de mí.
Apenas puedo sentir los latidos en mis venas.

Aléjate de mí. No quiero que me recuerdes de esta forma tan espantosa.
NO. Espera. No te vayas.

Traeme agua. Mis labios ya empiezan a desaparecer; pierden su color. No permitas que se sequen. Por favor...

Recoge mis cosas. Están dónde las dejamos. Las escondimos juntos. ¿Lo recuerdas?

Pero espera, no te vayas aún. Bésame.
NO. No lo hagas. Lo más difícil de irme, es tener que dejarte. Y si me besas jamás seré capaz.
Quédate un poco más. Cógeme la mano.

No voy a besarte. No voy a besarte. No voy a besarte. No quiero pedirte nada más. No es justo. Después de hacerte tener que soportar esto no puedo pedirte nada. Salvo...

Ya sé que estás cansada. Como sé que ya no me quieres. No puedo seguir mirándote a la cara.

Siento que tengas que pasar con esto. Ojalá no fueras tan buena. Ojalá no te carcomiera la conciencia. Lo siento. No es lo que yo quería, puedes creerme.

Entiérrame.
Que los cálidos colores disimulen la carne fría de mi cuerpo enfermo.
Que las dulces esencias florales se sobrepongan al olor que la quimioterapia ha aderido a mi espíritu.
Que la alegre melodía de alguna vieja canción sustituya a los gritos de agonía cuyo eco aún es audible en mis pulmones.

¡Sí! ¡SÍ!
¡Eso es es! Entiérrame tú.
¡Llama a Austin, a Lucy, a Alice, a John, a Sarah!
¡Llama a la tía Marie!
¡A la chica de la floristería, al anciano del quinto!
¡Llamalos a todos!
¡ESO ES! ¡Eso es! Eso es. Eso es...
Diles que me muero...
¡DILES QUE ME MUERO!

Y no me digas adiós. Es lo último que voy a pedirte.

No me digas adiós. Porque entonces no serás sincera. Me dirás que me echarás menos. Me dirás que me quieres. Y no quiero que tengas que mentirme. No quiero ponerte en esa situación. Añadir más peso sobre tus hombros, sobre los que descansará mi marchito cadáver.

Yo si te quiero. Mucho. Demasiado.
Pero tengo que irme. Y lo más duro es dejarte atrás.

Lo siento.

the trapeze swingers.

martes, 12 de enero de 2010
Caminan separadas por una distancia tan corta que podría compararse con la que une al hueso con el músculo. Y, sin embargo, les parece estar dolorosamente distanciadas. Cada una a un lado de un muro metafórico que es, a su vez, literalmente impenetrable.
Les da miedo decir lo que sienten y el mundo se está acabando. Les da miedo decirlo, pero lo gritan continuamente. De forma tan silenciosa que es imperceptible más allá del mundo de los pensamientos; de la propia psique humana.
Caminarán así eternamente, hasta que una decida que es insoportable seguir tan cerca pero tan lejos. Entonces sus pasos ya les habrán llevado a un remoto lugar, a un sitio donde nadie se había atrevido a acercarse jamás.
Será tarde.
Demasiado tarde.
Cuando quieran darse cuenta todo se habrá derrumbado con el mundo. Ya tan cansado de girar y de soportar su propio peso, que hará tiempo que habrá llegado a su fin.
Oyen flautas disonantes en la lejanía de la inquietante infinidad que les rodea. ¿De dónde sale ese sonido?
Apenas es posible distinguir la realidad de la ficción, lo que dicen de lo que piensan... Así que ahora por fin conocen la verdad. Se quieren. Pero están tan trastornadas que ya ni siquiera saben lo que significa amarse. Condenadas a una eternidad de demencia.
Quizá más cerca que nunca, pero más lejos también.