moans.

domingo, 21 de marzo de 2010
Me pinté los párpados con un trazo negro limpio para aproximarme a la bóveda celeste.
Ahora me siento azul. Soy azul. Siento mi cuerpo nocturno, solitario y misterioso. Tengo una sensación extraña, casi como si me piel gritara de desesperación, suplicando ser amada. Mi mente se muerde las uñas, oscila entre sueños románticos y fantasías inexplicables. Mi respiración se vuelve agitada, casi jadeante y Ms. John Soda grita. Él me lleva. Mi labio inferior se vuelve rojo. Mis púpilas se dilatan, negras, hipnotizantes... como un pozo de deseo profundo. Mi voz se rompe, ronca. Portavoz de mi piel que se quema en una llama azul.
Todo lo que haría por ti.
Picada por una aguja que hace latir mi corazón todavía más fuerte, sujeta a tu alma, desnuda frente a tus ojos. Azules.

Y a ti, ¿qué te hace temblar de deseo?

0 Espejos rotos: