back to the bone.

miércoles, 15 de septiembre de 2010
Ya no escribo casi nada. Incluso mis cartas se perdieron en los húmedos limbos de mi memoria regulada , por desgracia, por las campanadas de mi subconsciente. Las hojas revolotean delante de mis ojos, el viento susurra que algo marcha mal.
Últimamente me entero de cosas escalofriantes. Cosas que transforman los huesos en hielo, pero por lo menos no queda mucho para el viernes. Algo de calor en mi piel... por fin. Saldré del frío de mi todo de mierda. Un poco de ruido saturará mis oídos.
He estado guardando "secretos de estado". He subrayado la fecha en mi calendario y al hacerlo, tiemblo un poco más. Mis pupilas se contraen.
Algo curioso, los secretos. Los coleccionamos como joyas, los envolvemos en el laberinto de nuestras mentes. Son tan numerosos como las gotas de lluvia que repiquetean en el techo y las ventanas. Mis secretos me levantan la moral. Me han salvado en más de una ocasión. Y después, al llegar a casa - la cara más blanca que una hoja de papel - abrazo mi arsenal de "subyacentes". Condicionan mis actos. Ruled by secrecy. Tan simple como eso.
Sólo hay dos cosas que me consuelan en este momento: mis pensamientos y el cielo gris. Quizá debido a que son constantes. Equilibrio.