the exciting adventures of a bad bet, a bad alliteration and mrs. consequence.

martes, 16 de octubre de 2012
Tal vez,
mi camino
lleve siempre a ciudades extrañas.

Lugares
donde el frío
me recuerde
mi origen de estío interminable
atragantando olvidos
de heridas
que aún recuerdo.

Lugares
donde transcurran
mis tardes junto a una esquina,
que roza,
etérea,
la llovizna de la espera
de un encuentro
que no ocurre,
o una señal
que no llega.

Lugares
donde se escurran las sombras
entre las grietas
del tacto,
mientras la mía
permanece cautiva
en el asfalto.
Incapaz de seguirme,
perdida,
entre calles
de celdas sin barrotes,
prisiones de esparto
sin nombre,
que me atrapan
en la soledad
implícita
en volverme infinita
sobre mí misma.

Lugares
donde siempre queda
algún café abierto
en las horas más opacas;
un último autobús,
destartalado,
sin destino exacto
hacia lo incierto;
un cine barato
con olor a sexo triste,
desesperanzado;
algún antro,
mugriento
donde consumir el tiempo
junto a una copa
bien cargada
de historias y excusas
para evocar
lo que perdí
antes de emprender la huída.