definitely.

miércoles, 29 de febrero de 2012
Qué curioso.

Estoy siendo estrangulada por un simple recuerdo. Un simple beso que me niega el control sobre mí misma y despierta unas ansias terribles por dejarlo todo atrás de una vez.
¿Sufrir de la fortuna impía el porfiador rigor o rebelarse contra un mar de desdichas y, afrontándolas, desaparecer con ellas? Hamlet hablaba de suicidio; a mí me vale con esfumarme.

Por fin estoy consiguiendo arrancar los recuerdos que, hace tan solo dos días, desataban esa ira y resentimiento agotadores que aprovechaban mi flaqueza para burlarse de mí. Levitaban a mi alrededor, daban vueltas en un intento victorioso por confundirme. He llegado a sentir mi estómago revolviéndose por tu mera presencia en mis pensamientos. Y no sólo mi estómago.

Aunque sigues acosando a mi conciencia, ya apenas escribo. No está en mi personalidad recordar mis pasados. Al menos no durante mucho tiempo.
Ahora las luces vuelven a encogerse al rozar mi sombra; ni yo me atrevo a mirarla.

getting over it.

martes, 28 de febrero de 2012
"Lo triste de todo juego, es que hay que empezar por aprenderlo."

Quisiera ser el espectro que acompañe a tu sombra a través de las penumbras en los días de lluvia. Al menos durante el tiempo exacto que dure mi muerte.

Quisiera ser esa necia esperanza de los ingenuos que se muerde los dedos esperando a que se vacíen, paulatinamente, todas las lagunas que en tu mente han ahogado mi recuerdo.

Quisiera ser esa verdad oculta que nunca asoma la cabeza tras todas las mentiras y pretextos que te excusan.

Quisiera ser aquel que no pudiera olvidarte.

"Que una vez aprendidas las reglas nos cansemos del juego, es, si cabe, aún más triste."

who we'll never be.

sábado, 25 de febrero de 2012
Ojalá llegue el día en el que aparezcas vacía de evasivas y desnuda de otras pieles. Nueva en tus pasados ante mí.

Ojalá llegue el día en el que me quieras de esa forma. Dolerme ya me dueles, pero duéleme como duele la vida y el alma.

Ojalá llegue el día en el que los cuerpos no sean más que eso. Meros conductos para despertar emociones que se contagian entre ellos.

Ojalá llegue el día en el que al tenernos, echemos de menos el tiempo durante el cual no nos tuvimos. 

Seamos, por un momento, este amor íntegro que susurro.

of mornings and surrealism.

viernes, 24 de febrero de 2012
Hoy es otro de esos días en los que vuelvo a preguntarme quién soy. Siempre hay días como éste, porque nadie es nunca la misma persona. Al menos no de forma constante.
Más que personas, quizás debiera llamarnos personajes. Ambiguos y versátiles. Desdibujados, inexactos. Personajes que se escriben a sí mismos y son escritos por miles de manos. Personajes encriptados y colectivos. Personajes sin sentido, a fin de cuentas.

¿Existe acaso la unidad en las personas que somos?
¿La autenticidad en esos personajes en los que nos convertimos?

Llega un momento, en el que empezamos a seguir un guión.
Aunque no nos demos cuenta.

cradle we come from.

jueves, 23 de febrero de 2012
Esto se ha convertido en un juego de quién da menos, o eso es lo que siento. Restrinjo mis pensamientos al pensarte, pero nunca libre de contrariedad. Cuándo querré darme cuenta de que estoy obviando lo inevitable y forzando la situación.

Esto se ha convertido en un juego de silencio, pero he deducido que a ti no te importa o que ni siquiera te percatas. Empiezo a aceptar mi inanidad; carezco de cualquier importancia en tu mundo perfecto.
Dime lo que piensas, dime que me vaya, acaba con esta libertad tan falsa que me otorgas. Sólo dime algo…

Sé que he descarrilado en mis emociones, pero, ¿es acaso tan grave?, ¿tan imperdonable?
Estoy pensando en liberar otra vez el fuego con el que antes destruía esta aleación de tinta y celulosa. Quiero quemar lo que eres incapaz de ver en mis palabras.

Hace días que no aguardo, sólo mutilo.
Hace días que no deseo, sólo niego.

Hace días que juego sola.

who were we.

miércoles, 22 de febrero de 2012
¿Qué estoy buscando aquí?
Sólo quedan reflejos del reflejo que hemos sido hasta ahora. Sólo quedan caricias vacías y palabras de una fábula que rebobino una y otra vez en mi cabeza. Sólo brisa, brisa fría. Como los besos antiguos. Como el olvido con el que me obsequias.

 ¿Qué quiero si no tienes nada?
No tienes luz, no queda calor en tu recuerdo. Tampoco tienes tiempo. Ni siquiera un alma.
¡Y yo insisto en este intento absurdo, en esta convicción suicida!
Ojalá fuese capaz de ver que hay cosas que una vez se atascan, no tienen arreglo. Que son tan frágiles que vienen rotas de fábrica. Que se pierden más allá de toda esperanza. Se alejan y duelen, escuecen en la ausencia. Se entregan y ya nunca regresan.

Quiero salvarme de quererte, del tormento de esta soledad inútil. Liberar mis muñecas que permanecen atadas desde aquella tarde con las cadenas de tu sombra y de tu voz. Cadenas de tu noche, de tus nubes y tus cielos, de tus ojos y esa mirada triste que encerrará mis febreros.

¿Por qué trato de prender fuego a este precipicio congelado, devolver el brillo a mis ojos ciegos o hacer arder tus labios?
¿Por qué trato de revivir mis sueños y mendigar caricias de tus hirientes manos... si sólo puedes darme más invierno de esta espera tan mía?

Quiero echar a correr con la premura del insensato. No parar hasta que el dolor desaparezca; hasta que alcance el infinito de los horizontes aterciopelados de las nuevas primaveras. Si no lo hiciera pronto, perdería mi alma su vida y apenas quedarían de mí la tinta y el papel. Seguiría vomitando frases punzantes que no acabarían y desgarrarían los tejidos de mis sentimientos en su continuo borboteo.

No creo merecer esta tristeza a cambio de algo tan puro.

week 2.

martes, 21 de febrero de 2012
El deseo es puntual y tú, como siempre, llegas tarde.

Otra frase que me persigue a lo largo de estos días que ni empiezan ni acaban.
De cajas por vaciar y riesgos que correr.
De uñas que morder y acordes que tocar.
De paseos en solitario y golpes en las costillas.
De sueño atrasado y noches cortas para consumir.
De cristales opacos y dudas agónicas.
De bocetos de sueños imposibles y ríos de tinta.
De palabras que no acuden y palabras que no cesan.
De silencios engañosos y sobredosis de autocontrol.
De deseo contenido y besos olvidados.
De mentiras desesperadas y pilas de periódicos.
De teclas de marfil y llamadas que no llegan.
De burda incertidumbre e insultante inexactitud.
De esperas eternas e historias que esconder.
De borrón y cuenta nueva. Literalmente para ti.
De luces tintilantes y alegrías efímeras que mueren asfixiadas entre los brazos de mi maldito destino.

Días amarillos, extraños, de comportamientos absurdos y encadenados. Adioses o hasta luegos, qué más dará si en nuestro caso es lo mismo.

 ¿Cuál es el cupo de decisiones estúpidas que puedo tomar?

the bitter games.

Poca gente conoce su ciudad más allá de los primeros pisos. Las buhardillas y las azoteas son el luctuoso dominio de ratas, palomas, suicidas e infelices. Estos inquilinos son como variables que no trazan su camino en paralelo, sino que se entrecruzan creando los más extraños engendros: palomas infelices y suicidas, infelices con mirada de perro o perros infelices como palomas infelices antes de echar a volar contra los neumáticos de los camiones de Les Halles.

Los seres infelices que, al fin y al cabo, son las ciudades, parecen, desde aquí arriba, los huesos malamente unidos en forma del esqueleto desigual que son realmente. Aquí, en el lugar de los tendederos oxidados, el cableado y las antenas retorcidas con sus brazos hacia el cielo, todo habla de soledad y abandono. De vez en cuando se registra algún tipo de movimiento humano en una ventana, en un tendedero o en un andamio. Pero nadie se saluda; todos somos más desconocidos en las alturas que en las aceras.
Sin ir más lejos, ¿qué le diríais a un extraño que fuma en silencio con un pie al borde de la azotea y la mirada perdida en las nubes?

Yo misma, aquí y ahora, no querría hablar conmigo. Ni tampoco hablar de mí.

of nightmares and interpretations.

lunes, 20 de febrero de 2012
Una toma full-screen de un panorama desolator.
Una mañana gris y nebulosa, silente, abandonada. Mi cuerpo tirado en la calle, cubierto de periódicos amarillentos. Perros viejos trazando círculos con sus andares excitados alrededor del bulto que soy sobre el asfalto. No parece haber nadie a la vista, no se adivina ni un alma a través de las ventanas tapiadas con ese silencio denso que todo lo envuelve.
Soy un mero objeto sin utilidad en un ambiente sucio y destartalado.

Siento la impetuosa urgencia de andar para alejarme de mí misma; qué trágicos suenan mis pasos sobre la acera mojada. Busco un cigarrillo en los bolsillos de una chaqueta que no reconozco. Aparece de la mismísima nada una jauría de niños vestidos con harapos. Persiguen un balón pero se detienen para observarme con un brillo de recelo en sus miradas apagadas. Me piden el cigarro que sostengo entre los dedos. Sin saber muy bien por qué, cojo un par más y les doy la cajetilla.

Sigo caminando sin que el sol llegue a salir nunca, cada avenida está sumergida en una oscuridad que se acentúa a cada paso. No hay coches. Sólo más cuerpos tirados y cubiertos, como el mío. En la distancia se perfilan más sombras ambulantes, como la mía. Algunos pasan con ese característico aire ausente por mi lado, con los ojos destilantes del negro más profundo y miradas esquivas teñidas de vacío.

Nadie habla, ¿acaso hay algo que decir?
Sólo murmuran las calles y las farolas con su misterioso ronroneo. Y todos buscan, buscan algo que no encuentran. No hay rastros de cielo, de piedad, de Dios.
Me giro con un movimiento lento y entonces descubro su figura, sentada sobre sobre los charcos de liturgia desgastada y sueños inertes. Su aspecto es deplorable, como el de todos. Su piel aún tiene el tono translúcido de los ahogados y los suicidas. El cuerpo cubierto de heridas; de mar aún le gotea el cabello y resbala por su frente. Me acerco esperando alguna palabra o el abrazo que podría salvarme. Me detiene con un único gesto y descifro un "no" entre sus labios que me escurre de mis sueños y me hace despertar...

too late to be awake.


Escribo en un vórtice de fascinación aparente, con la luna asomándose al balcón y tú gritando en mis pulmones. Escribo por escribir(te) algo, por la intriga que despiertas en mí. Por la soledad ajena.

"Estar disponible es un estado" o eso dice la institución del amor descentralizado (labios de otros labios que besan otros labios). Digamos que el estar ausente es más sincero y como todo lo sincero, inhumano.
Más frívolo, más versátil.

Ah, mis divagaciones.
Pídeme que no te escriba con la pluma cargada de escarlata. No es necesario ser cursi, es suficiente el color de una voz. Pídeme y dame permiso para trazar con las yemas de mis dedos el panorama desnudo de la sábana y el cuerpo. Que hable tu piel con la locuacidad de un escalofrío, de un suspiro que claman tus manos e insinúan tus latidos. Concédeme la oportunidad de coquetearle a tu ombligo, de morder los cimientos de tu cuello, de ahogarme en el rojo de tus labios.
Luego vuelve a pedirme que no (te) escriba, que me aleje. Aunque te amenace con un beso, aunque me extravíe tras todas las esquinas buscando tu recuerdo.

dot dot dot or ellipsis.

domingo, 19 de febrero de 2012
Hace días que no veo más que derrotas en mis inviernos. 
No me refiero al flotar mudo de los recuerdos que se congelan, ni al reflejo amargo del sudor en el suelo. Hablo de esa perpetuidad de los paréntesis; porque por fin he asumido que jamás seremos más que un paréntesis y que nuestras verdades están destinadas al presidio de dos pequeñas curvaturas verticales. 


No debería caer en este cara a cara de catastrofismos, pero es tan difícil esquivar al dolor cuando ya te has escondido en todos los callejones… 


Veo las heridas ajenas y sus manos manchadas de esa sangre transparente que surge de otros ojos. Sus ojeras de horarios impuestos por supervivencia y su infinito recorrer en las aceras. Cuando me paro a observar esta monotonía dudo de mí, miro con el recelo del gato escaldado a mis saltos al vacío. Quizás porque siempre abro las ventanas en vez de romperlas. Y así no se hace, pienso. 
¿De qué sirven los precipicios sin cristales rotos? 


Me temo que va siendo hora de analizar mi vida y mis inviernos. Puede que entonces descubra si esto es el principio de nada o el final de todo.




Base tomada de: http://escandar-algeet.blogspot.com/

sketches.

Una vez me dijeron que sólo recordamos lo que nunca sucedió.
No soy capaz de decir en qué momento ni en que lugar. Tampoco de qué labios surgieron esas palabras ni por qué ahora me vienen a la mente. Se han vuelto de repente una obsesión, una angustia cálida, un mar de sinrazón en el que me veo nadando, ahogada antes de que me envuelvan sus olas; sin más opción que seguir flotando.

Mi respiración ahora es tranquila, nada me inquieta mientras paseo por estas calles. No es difícil desaparecer cuando las sirenas se sobreponen a las risas de los transeúntes. Nadie se da cuenta, nadie pregunta, nadie se preocupa del por qué de un rostro amargo sin historias, de un caminar solitario entre canciones mudas.

A ambos lados, edificios en ruinas que se alzan como gigantes ardiendo entre llamas de hormigón caliente. Me divierte imaginar esas nubes de ceniza que surgen de su interior penetrando a través de los poros de esto a lo que nos gusta denominar progreso. Derrumbado, ya grita.

Pero hace tiempo que el humo se ha borrado del cielo cobrizo que corona esta tarde.

the sea is burning.

sábado, 18 de febrero de 2012
Una ola de la más intensa gelidez recorre mis venas, atraviesa mis pulmones y desgarra mi piel precipitándose hacia el exterior.

Observo como se va consumiendo, tan despacio, tan tristemente.
Resulta patético que siga palpitando con vida, que se niegue a esfumarse de una vez por todas.

Todo lo que queda repta hacia las sombras con la cabeza gacha y vergüenza en la mirada.
Se pudre, como de costumbre.

Sucumbe ante tus ojos burlones.
Emboza mi aire con sangre y el impuro veneno de las palabras.

Imploro…¿qué imploro?

Acaricio el silencio y enfermo por el desconsuelo que esta pálida noche incrustará en mi pecho.

the colour of my heart.

viernes, 17 de febrero de 2012
¿Y si renunciase a los recuerdos de ese par de momentos que me regalaste?
Podría hacerlo, y abrazar a los noviembres que me presente esta primavera. Has dejado marcas en mis comisuras y tus huellas no se borran de mis manos. Besos de febrero manchados de leche y té. Después de haber bebido la poesía que destila tu sonrisa, me resulta cada vez más complicado abrir las ventanas para recibir los insípidos besos de esta brisa que no cesa.
Aquí estoy, en medio de esta incertidumbre, aferrándome a un "tal vez". Deshojando los primeros pétalos de los cerezos, y arropada por tu mirada, aún latente en mi memoria...

...Descansaba el invierno de media tarde sobre tu figura de aire desgarbado y taciturno. Apoyabas tus brazos sobre la curvatura de tus rodillas. Y reías. Echo de menos el eco de tu risa en mis oídos. Tus delgados dedos con sus sabidas mutilaciones.


- ¿Y si te invito a tomar algo?

Las palabras de ayer no me sirven para lo que ahora me exhorta el papel con sus murmuraciones rotas de pasiones escapistas.

call beauty aside.

Qué fácil es perderse cuando te dejas llevar. Indícame el camino correcto, pero elige uno también. Hazme entrar en razón, explícame todo lo que no siento o no podré soportar esta falta de control que me asfixia por dentro.
Aguza el oído un momento.
Escucha bien la voz susurrante del suspiro, que no es más que lamento y aire deslizándose entre tus ideas marchitas del amor perfecto. Qué triste el preciso instante en el que las palabras se visten de luto y nos empañan de duda. Todo se tiñe de mudez arrepentida y aparecen imágenes inexactas en las grietas de la razón. Crean juegos de ensoñaciones erróneas, tentadoras, clandestinas, que se funden con nuestras vidas e impregnan de temor nuestros ahoras.

¿Alguien puede ayudar a una irresponsable que se desvió del camino de la sensatez?
¿Alguien puede predecir el siguiente movimiento para remendar mi destino? ¿Alfil o peón?

afternoon of the green and the red.

jueves, 16 de febrero de 2012

No volveré a verte.
No voy a poder a contarte que durante catorce horas te quise. No voy a poder decirte que me devolviste al camino que entrelaza destinos y palabras de té. Que tu sonrisa me produce la misma sensación que las nubes bajas de una fresca mañana de mayo.

No volveré a verte.
No tendré tiempo de explicarte que todas las mías son historias inacabadas, círculos inconclusos cuyos extremos se pierden entre las luces pausadas de sabe dios qué galaxias. Que cuando el pánico me invade, recojo todo lo que hay de por medio y echo a correr. Que es algo que aprendí yo sola, como si quisiera que los problemas se escurrieran entre las rendijas y las grietas hasta desaparecer por sí mismos.

No volveré a verte.
Y aunque lo hiciera, jamás me atrevería a confesarte que deseé con todas mis fuerzas dormirte en mi abrazo, que velé tu sueño a intervalos y que morí de tristeza al observarte bajar de ese autobús y alejarte entre el fulgor de la avenida.

Dime…¿Y si no volviera a verte?
No tendría ocasión de aceptar que al tenerte cerca, vinieron a mi mente todas mis tardes de otoño y la melodía hipnotizante de las hojas que se mecen al viento. No podría escribir a tu lado la más maravillosa de las historias, ni tampoco narrarte ninguna de mis trágicas esperas.
¿Cómo dejaría de pensarte? ¿Cómo dormiría sabiendo que te he perdido sin haber llegado a tenerte? Debí preguntar y no lo hice. Permíteme culpar a esa cobardía irreflexiva que me asalta ante la belleza.

Si no vuelvo a verte no moriré. Pero voy a hacer lo imposible por volver a encontrarte.

suggestive discoveries.

Hunde tus manos en mi pecho y sácame este órgano que me sepulta bajo la constancia de sus latidos. Deshazte de mi lengua para no sentir la necesidad de explorar tu boca. Desvísteme la piel, que no sea sensible a tu tacto. Arráncame los ojos para no enamorarme de tu sonrisa cada vez que se cruza con mi mirada. Ensordece mis oídos..¿para qué escuchar tus palabras dulces palabras tornarse agrias en nuestra realidad? Congestiona mi nariz, que mi olfato no vuelva a encontrarse con tu olor entre los pliegues de tu camisa.

Y si no lo haces tú…me clavaré, en este mismo instante, contra la pared una espada de olvido e inundaré mi abdomen de indiferencia malograda, creyendo destruir conmigo los retazos de esperanza que han iluminado estos días. Puedo pensar que con ello mueren mis sueños, mis anhelos…pero para qué negar que sé que no es así. No voy a fingir que no significas nada.

Tengo la mente llena de preguntas.
Contéstame si puedes: ¿para qué distraernos con palabras tiernas si sólo han sido inventadas para ser murmuradas con la vista fija en la lejanía de algún horizonte ajeno a nosotras?
Podría sumergir mi alma en la esencia que emana la tuya. Podríamos tocarnos con la extrema urgencia de aquel que está destinado al fracaso. Como si de tus labios surgiera un aire limpio de objeciones, como si de tu cuerpo llegara la sangre a mis venas.
Pero no, jamás será así siendo yo una estatua de invierno que desaparece con los primeros brotes de marzo.
¿A dónde piensas que podemos llegar si no tenemos más mundo que nuestro propio sueño?
A pesar de todo, podría dejar atrás ese hielo si quisieras; entregarme hasta donde me sea posible, rebasar todos mis límites por verte una vez más.

for D.

sábado, 4 de febrero de 2012
En el momento en que me di cuenta de que sólo sé desenvolverme en espacios perpetuos, acariciaba un viento la lejanía del océano. Acuchillaba el tenue grito de la primera gota que desató la tormenta el grave silencio que cubría la ciudad. Resonaba tras las esquinas el murmullo de una vuelta atrás apresurada.
Y en algún momento alcanzaron las gotas humeantes el asfalto, nublando mi mente. Se borraron las huellas, se las llevó el agua con la furia contenida del que se resigna a su destino.

Destino, destino… ¡Es destino lo que le falta a mi existencia para ser llamada vida!

Caminé hasta el final de mis senderos, bajo esa lluvia que había transformado el cielo en ácido. Abrasando con cada molécula muerta toda molécula viva. Se infiltró en los caminos profundos, en los lindes de los bosques.
Y yo mientras me perdía buscando consuelo; se desvanecía mi alma a través de los latidos de otro ser.
Laberinto absurdo, de orden caótico, de verdad indemostrable. Gélido y cruel laberinto de espinas que arañan esperanzas. Hace tanto frío que se congelan las palabras… Una vez te pierdes es inútil regresar, debes encontrarte.

Lanzo desde aquel muelle una botella vieja rebosante de mis más preciados recuerdos; le cuentan sus historias a las olas que agitan la arena del fondo. Cualquier golpe podría quebrar el cristal, reducir a pedazos un pasado. Permanece a flote mientras yo abrazo el borde de la cordura con el corazón en un puño. Maldigo mi insistencia por hacerme vulnerable.