interludes.

martes, 6 de marzo de 2012
Queda en el cielo el boceto de un jirón perdido de nube que se perfila como el escalón de un sueño que se dejó, olvidado, la brisa de la tarde. Un escalón para trepar hasta la noche de los días que se esfuman en los recuerdos de una carcajada.
He encontrado la paz desdichada del saber que el pasado ha existido más allá de mis fronteras. Ahora sé que tuve razón al sentir y fallar en mis equivocaciones de juventud estallante, traslúcida y ligera como los pasos de un gato sobre un tejado de zinc. El tejado de un universo apático y ajeno, como la promesa de un futuro indefinido y solitario…quizás taciturno, liviano, de un brillo leve; como todos los luceros que hipnotizan a los barcos cada noche, desviando su rumbo.

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