No existe el infinito,
lo perfecto, lo eterno.
¿Dónde esta pues el sentido
de perpetuar lo imperpetuo
en las memorias
y sus delirios
de grandeza inerte?
Sólo me queda poesía
en la mente y en las manos;
regalé mis recuerdos,
subasté mis suspiros
a amores extraños, huecos
que consumí rápido
y tragué sin cuidado.
Atragantándose
las consecuencias
del sufrimiento ajeno
ante las irreverencias,
egoístas,
de mis dedos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 Espejos rotos:
Me encanta. El ritmo, las palabras que fluyen... sigue con la poesía, me gusta mucho más que la prosa
Publicar un comentario