La húmeda brisa nocturna que enfrió la mañana ha borrado mi recuerdo. Mi risa, mi olor, mis gestos se han perdido en el olvido. Nadie ha venido a llorar mi ausencia ni a buscar mi memoria. Simple y rápido, he quedado sepultada por los escombros del pasado. Mi voz ha quedado muda, mis palabras han muerto en el silencio. Y mis lágrimas... mis lágrimas que anegaron aquel espacio sempiterno se han consumido.
Sólo me queda por contemplar mi último suspiro, aquel aliento débil que exhalé y se mezcló con el denso oxígeno que reclamaban dolorosamente mis pulmones.
De repente, y sin razón aparente, las gotas de lluvia alteraron el rumbo de mi destino.
De repente, y sin razón aparente, las gotas de lluvia alteraron el rumbo de mi destino.
1 Espejos rotos:
Ejem. Solo (sólo) ejem.
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