Cansancio.
No ser más que un niño
obligado a soñar
con la distancia.
Con todos esos momentos
que no alcanza,
ni tampoco roza.
Ni siquiera de puntillas.
Aburrimiento.
Los mismos nombres,
letras viejas, alteradas.
Líneas rectas.
Espacios sin tiempo.
y tiempos vacíos
de bocas llenas,
rebosantes
de nada.
Mundos deshabitados
por almas.
Impulso.
Necesito llegar
al otro lado.
Saltar
a lo más alejado
de mi conciencia.
A todo lo que ahora
alcanza a ser todo.
O quizás
lo que no alcanzo.
Me basta una ventana.
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