to insist, insisted, insisted.

miércoles, 28 de marzo de 2012
No existe el infinito,
lo perfecto, lo eterno.
¿Dónde esta pues el sentido
de perpetuar lo imperpetuo
en las memorias
y sus delirios
de grandeza inerte?

Sólo me queda poesía
en la mente y en las manos;
regalé mis recuerdos,
subasté mis suspiros
a amores extraños, huecos
que consumí rápido
y tragué sin cuidado.
Atragantándose
las consecuencias
del sufrimiento ajeno
ante las irreverencias,
egoístas,
de mis dedos.

it's back.

domingo, 25 de marzo de 2012
Lunas cortas y noches largas,
soles muertos en mis mañanas,
atardeceres claros de luces sombrías;
sombras largas en cunas frías
de charcos que amanecen
amargos
en mis sienes,
ya perladas
con recuerdos falsos
y ultrajadas de intenciones.
¡Qué dulce el despertar
acuchillando el alba!
Cómo recorre
su espalda y se retuerce
el agua ahumada
de bocinas y cemento.
Asesinando
entre sus dedos
lo que queda de mí
y no arrastraste contigo.

need for answers.

miércoles, 21 de marzo de 2012
Allí donde mueren mis palabras, nacen mis poemas.

"Es inútil pedirte que no me dejes sola. Porque te vas. Y yo me quedo. Porque inmediatamente después del segundo en que te fuiste, reventó la realidad, manchando de sangre oscura mis pulmones. Y aquí estoy ahora. En el rincón de una habitación de letargos. El lugar idóneo. Nuevas marcas en la pared. Jamás en la mirada. Ni en la piel. 
No es aversión al dolor físico, tampoco miedo a la muerte. 


Las promesas pierden otro pulso contra la eterna cobardía. Malos ejemplos y peores reproches. Los de siempre, al fin y al cabo. Problemas y soluciones equivocadas. Ríos de tinta surcando mis mejillas. Apenas puedo mantener los ojos abiertos. Tampoco puedo cerrarlos. Y el reloj, con su crueldad habitual, rompe el silencio con cada segundo. El tiempo pasa. Muere. Y luego renace entre las cenizas de los charcos de recuerdos. De las sonrisas tristes. 


Rebotan los "te quieros" en el cristal. Uno tras otro. Y a pesar de lo infinito del ciclo, jamás romperán el espejo. Se diluye la ira insana en el dolor algodonado. No hay camino. Sólo caigo. Y se escuchan tus susurros nocturnos en la oscuridad. Y sigo cayendo."
[20.02.12]

En el sufrimiento no se conocen fronteras ni límites. Siempre puede doler un poco más.

feet don't fail me now.

jueves, 15 de marzo de 2012
No ha sido la historia más triste con la que pudiera haberme topado. Tampoco un cuento con su respectiva moraleja. No ha sido la historia que hubiera querido escribir, pero supongo que es la que deseé vivir, al menos, durante un instante.
La sucesión de hechos de un alma clara oscurecida a golpes de esquina. Añorando el momento de encontrar la soledad perfecta, pero buscando la manera de evitarla al mismo tiempo.

Para qué negar que, ahora, la ciudad se me presenta ataviada del luto más riguroso. Un pequeño parque de árboles desnudos y endebles. Más adelante, se alza un altar al recuerdo de un beso.
Sólo yo conozco el camino invisible que une todas nuestras tumbas, aunque en alguna parte de mí, sé perfectamente que tú tampoco lo has olvidado.

Si lo hago con la fuerza suficiente, aún puedo aspirar ese aire que hace hervir mis pulmones. Y mi sangre.

En todos los rincones, sigue persistiendo el silencio que creaste al helar tus paredes.
Puedes creerme cuando te digo, que resulta terriblemente complicado mantener un paso firme sobre un suelo de cadáveres.

chance to you.

martes, 13 de marzo de 2012
¿Alguna vez lo has hecho? ¿Has tenido el coraje para atreverte a vivir por ti? ¿O al menos para intentarlo?
Vivir solo, sólo de luces de madruga y de labios. Y de bocas. Solo, del humo de la voz de los charcos. Mientras el mundo sigue girando y las brujas de Salem vuelven a la vida, vagabundean por las alcantarillas, juegan a robarse tornillos de los brazos y a crucificar al Judas.

Te quiero cien veces, pero no te quiero. Bailo sólo con las paredes.
Y pensar que es martes, y que hace un año hubiera vivido enamorada de ti, de mí, de ella y de todo.
Habría olvidado el olor mordiendo el aroma.

our endless numbered days.

domingo, 11 de marzo de 2012
Baila una gota al borde de mis tejados, con la leche caliente manchando el filo de la cuchara. No hace falta que lleves tu paraguas si vas conmigo, si llueve nos mojaremos y no hay más que hablar. 

Siéntate frente a esa mesa. Hipnotízame con ese cruce delgado de tus piernas. Róbale un sorbo de té a tu taza, mientras te observo por el rabillo del ojo. Olvídate de pagar y dejémosles las palabras a los labios.

Sale la luna a la que ladran las golondrinas y se desvanece el escapismo de lo profundo de tu mirada.

No tienes que temernos, es cuestión de control. Sacar las uñas sin desgarrar las cortinas. Nada de lluvias bajo la manga. De esas que te mojan hasta condensar la pasión en los ojos, te roban los secretos de la garganta y olvidan cerrar los cajones.

Quiero volver a verte bailando sola. Con el humo y la luz perfilando la perfecta curva de tu espalda. Verte desde atrás, desde cerca. Sin atreverme a tocarte. Sin más honor que el de un beso mendigado y tus manos rodeando, con inseguridad, mis hombros. Quiero un compás de llovizna sobre la sombra de una noche.

Toma el atajo de mi insomnio si es que tus pies no se han olvidado de volar.
Y si vuelves, como todo lo que alguna vez vino, no me traigas nada salvo la brisa ligera de tu voz. Y, tal vez, ese deje vacilante de tu lengua deshilachando mi boca.

take me for a flashdance.

miércoles, 7 de marzo de 2012
Los días se suceden, igual que siempre ha ocurrido. Pero las noches ya no duelen.
¿Cuánto tiempo ha pasado?
A quién le importa si han sido setenta y dos horas o trescientas cuarenta y ocho. No me cansaré de repetir que el tiempo es tan solo una mentira, y más desde que no dejo de pensarte. Ha vuelto a nacer en mí la sonrisa aterciopelada de la primavera. Hierve la sangre en mis venas.

Mis ojos tienen un brillo nuevo desde que me has devuelto la claridad de mis pensamientos. Ya no buscan disolverse entre suspiros de viento; no desde que has irrumpido en mi vida. Vuelvo a tener alas. Siento, de nuevo, que podría volar tan lejos como quisiera. Hoy, mañana y siempre.

No mentiré, de vez en cuando extraño el melancólico compás de mis palabras acuchilladas. Pero me has dado una razón para abandonar este palacio de hielo que se derrumba bajo los rayos del sol de marzo.

Quiero cambiar el roce de la sangre transparente por una caricia de tus labios en mi mejilla izquierda. Quiero un principio, algo a lo que atenerme. Quiero volver a mis ecuaciones de lo absurdo, como, por ejemplo, quererte más que hoy y más que ayer multiplicado por... ¿indefinidamente?. Elevado al cuadrado, o ya puestos, al cubo.

No quisiera importunarte, pero no sé a qué estamos esperando.

interludes.

martes, 6 de marzo de 2012
Queda en el cielo el boceto de un jirón perdido de nube que se perfila como el escalón de un sueño que se dejó, olvidado, la brisa de la tarde. Un escalón para trepar hasta la noche de los días que se esfuman en los recuerdos de una carcajada.
He encontrado la paz desdichada del saber que el pasado ha existido más allá de mis fronteras. Ahora sé que tuve razón al sentir y fallar en mis equivocaciones de juventud estallante, traslúcida y ligera como los pasos de un gato sobre un tejado de zinc. El tejado de un universo apático y ajeno, como la promesa de un futuro indefinido y solitario…quizás taciturno, liviano, de un brillo leve; como todos los luceros que hipnotizan a los barcos cada noche, desviando su rumbo.

spring is coming.

lunes, 5 de marzo de 2012
No es que no te quiera 
sino porque te he querido 
y de haberte querido 
a no quererte he llegado. 


Esperándote
cuando no te espero, 
arden mis pensamientos 
en charcos de delirios. 


Te quiero sólo a ti, 
sólo porque te quiero. 
Sin final ni principio
te quiero. 


Y, desde el odio más obvio, 
te pido verte una vez,
y amarte luego. 


Al fin y al cabo,
sólo moriré yo en esta historia,
y conmigo tu recuerdo.

Se ha consumido la luz del invierno y se ha llevado mi cordura.

my stomach twisting into knots.

domingo, 4 de marzo de 2012
El aire se condensa a mi alrededor. Un vuelco en mis entrañas ante un movimiento inesperado. Atravesamos el tiempo a una velocidad moderada; me parece que estamos traspasando la barrera del sonido como mínimo. Rascamos segundos, minutos, horas al reloj de la mesilla.

Siento opresión en aumento en las costillas. Una ligera asfixia enturbia mi visión. Un suave cosquilleo en las extremidades. Tengo la sensación de que voy a estallar y a convertirme en miles de partículas de euforia condensada.

Quisiera exclamar, gritar que no te vayas nunca. Hacía tiempo que no me sentía así: controlo el mundo, soy dueña de mí misma a pesar de no sentir los dedos de los pies. Se va entumeciendo mi cuerpo con cada beso. Tu aliento golpea la fina piel de mi nuca; se eriza.

"Aférrate con fuerza, hasta que te duelan los brazos y las piernas. No te sueltes. No te sueltes. Déjame encantarte."

Nos arrastran las corrientes de aire invisibles del ecosistema de esta habitación. Engullen mis palabras con un apetito voraz. Lo cierto es que yo misma las digiero, me falta valor para pronunciarlas.

Es tan simple como existir. Ocurre en el recoveco más turbio de una urgencia. Dos elementos, dos cuerpos acelerados por la exhalación de vida en sus respectivos núcleos, que toman materia y la moldean de diversas formas hasta crear un suspiro. Entonces se alzan, se definen más hermosos y, en armonía, se desploman exhaustos.

apocalypse now.

viernes, 2 de marzo de 2012
00:07 AM.
Sólo pienso y siento basura. El tacto es el sentido apropiado para describir esto que ahora atraviesa, invasivamente, las capas internas de mi piel. El arte se muere...

Agoniza entre los brazos de esta sociedad ataviada de lujuria y sexo remunerado. Las mentes de los ineptos se ciegan con el fulgor aparente de los glúteos bamboleantes en las carreteras secundarias. Todo se ha convertido en una condenada masturbación globalizada. El destino ha sentenciado al mundo. Qué más dará que haya muerto el arte y que nadie acudiera a su entierro.

La belleza ha sido reemplazada por rostros de personas plastificadas en carteles enormes de fibra de algodón o aleaciones de aluminio.
La prosa y la poesía, las palabras honestas…de ellas quedan mil y una noches de prostíbulos y sonetos sin alma: envueltos para llevar o consumir en el momento.
Prefiero el sabor de un cigarro al de unos labios tintados. Antes el beso sincero de un desconocido, que cien mentiras de tu amor de fábrica.

Y yo que, de pequeña, creía en la magia...

No espero que me comprendan, pocas veces yo misma me comprendo. Aunque lo cierto es que no hay mucho que entender; solamente soy yo. Me considero poeta, pero no artista…aún no. El artista debe llegar a las personas, mientras que un poeta puede serlo en la intimidad de su mente y sus cuadernos.

Como poeta, lloraré, 
desde los páramos helados de mi conciencia, 
que el mundo no se percate de esta pérdida.

you should have given me a reason to stay.

jueves, 1 de marzo de 2012
Estoy guardando todo lo que te incumbe en una caja del desván de mi cerebro. La precinto con esa parsimonia melancólica que envuelve todos los "borrones y cuentas nuevas" en nuestra vida.
Mientras lo hago, recorro ese lugar que ya no existe y que sólo existió en tus brazos durante un ridículo periodo de tiempo. Si a alguien se le ocurriera hacer de una tarde una medida de tiempo oficial, me ahorraría muchas explicaciones.

Estuvimos muy cerca de ser un imposible. Pero es bien sabido, que los imposibles nunca son.

Ahora vuelvo a atravesar esa plaza abandonada. Tan solo me detengo durante un par de segundos para mirar la fuente rota de agua quieta.
Si te das cuenta, esto ha sido más parecido al resumen de una historia que una historia misma. Pero eso no importa, el tiempo es relativo. Y no sobrándonos, hemos sabido adaptarlo a esa realidad alternativa que ha marcado mis dos últimas semanas.

No he sabido olvidarte hasta hoy, pero el hecho de no haber sabido recordarte es mucho peor. Mis fragmentos de espíritu no habían logrado reconstruir la imagen exacta de tu sonrisa y, este mismo día, me he dado cuenta de cuán desencaminada he estado. Respecto a ti, no a tu sonrisa.

Pronto sólo me quedara el papel para acudir a tu encuentro, la tinta para acercarme a tus palabras. Ya no tendré que volver a vivir y a morir en ellas.
Por fin he dejado de existir mientras no existía. Adiós, queridas paradojas. Vuelvo a ser consciente de la musicalidad de mis pulmones, de los suspiros baratos que me compran, por la calle, los extraños.

He olvidado cómo soñar con la posibilidad.

He aceptado que ya no me buscas y que todo ha sido únicamente parte de mi vida; tú siempre te has mantenido al margen, a una distancia prudente. Ya no te quedan respuestas que ofrecerme y me conformaré con las noches soleadas de amantes futuros que estén por llegar.

Mi destino se aleja de la fuente. Se marcha sin despedirse, pero mira hacia atrás de vez en cuando. Es inevitable preguntarse que habría ocurrido si tú y yo hubiéramos conseguido que lo imposible fuera.

Parecerá una locura, pero es cierto que te he querido de forma implacable, estúpida, irremediable, equivocadamente perfecta, atemporal y, tal vez, absurda.
Más de una vez te lo he dicho: quizás no haya sido ni el momento ni el lugar.
Pero puede que jamás vuelva a serlo tanto como lo ha sido.