week 2.

martes, 21 de febrero de 2012
El deseo es puntual y tú, como siempre, llegas tarde.

Otra frase que me persigue a lo largo de estos días que ni empiezan ni acaban.
De cajas por vaciar y riesgos que correr.
De uñas que morder y acordes que tocar.
De paseos en solitario y golpes en las costillas.
De sueño atrasado y noches cortas para consumir.
De cristales opacos y dudas agónicas.
De bocetos de sueños imposibles y ríos de tinta.
De palabras que no acuden y palabras que no cesan.
De silencios engañosos y sobredosis de autocontrol.
De deseo contenido y besos olvidados.
De mentiras desesperadas y pilas de periódicos.
De teclas de marfil y llamadas que no llegan.
De burda incertidumbre e insultante inexactitud.
De esperas eternas e historias que esconder.
De borrón y cuenta nueva. Literalmente para ti.
De luces tintilantes y alegrías efímeras que mueren asfixiadas entre los brazos de mi maldito destino.

Días amarillos, extraños, de comportamientos absurdos y encadenados. Adioses o hasta luegos, qué más dará si en nuestro caso es lo mismo.

 ¿Cuál es el cupo de decisiones estúpidas que puedo tomar?

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