suggestive discoveries.

jueves, 16 de febrero de 2012
Hunde tus manos en mi pecho y sácame este órgano que me sepulta bajo la constancia de sus latidos. Deshazte de mi lengua para no sentir la necesidad de explorar tu boca. Desvísteme la piel, que no sea sensible a tu tacto. Arráncame los ojos para no enamorarme de tu sonrisa cada vez que se cruza con mi mirada. Ensordece mis oídos..¿para qué escuchar tus palabras dulces palabras tornarse agrias en nuestra realidad? Congestiona mi nariz, que mi olfato no vuelva a encontrarse con tu olor entre los pliegues de tu camisa.

Y si no lo haces tú…me clavaré, en este mismo instante, contra la pared una espada de olvido e inundaré mi abdomen de indiferencia malograda, creyendo destruir conmigo los retazos de esperanza que han iluminado estos días. Puedo pensar que con ello mueren mis sueños, mis anhelos…pero para qué negar que sé que no es así. No voy a fingir que no significas nada.

Tengo la mente llena de preguntas.
Contéstame si puedes: ¿para qué distraernos con palabras tiernas si sólo han sido inventadas para ser murmuradas con la vista fija en la lejanía de algún horizonte ajeno a nosotras?
Podría sumergir mi alma en la esencia que emana la tuya. Podríamos tocarnos con la extrema urgencia de aquel que está destinado al fracaso. Como si de tus labios surgiera un aire limpio de objeciones, como si de tu cuerpo llegara la sangre a mis venas.
Pero no, jamás será así siendo yo una estatua de invierno que desaparece con los primeros brotes de marzo.
¿A dónde piensas que podemos llegar si no tenemos más mundo que nuestro propio sueño?
A pesar de todo, podría dejar atrás ese hielo si quisieras; entregarme hasta donde me sea posible, rebasar todos mis límites por verte una vez más.

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