sketches.

domingo, 19 de febrero de 2012
Una vez me dijeron que sólo recordamos lo que nunca sucedió.
No soy capaz de decir en qué momento ni en que lugar. Tampoco de qué labios surgieron esas palabras ni por qué ahora me vienen a la mente. Se han vuelto de repente una obsesión, una angustia cálida, un mar de sinrazón en el que me veo nadando, ahogada antes de que me envuelvan sus olas; sin más opción que seguir flotando.

Mi respiración ahora es tranquila, nada me inquieta mientras paseo por estas calles. No es difícil desaparecer cuando las sirenas se sobreponen a las risas de los transeúntes. Nadie se da cuenta, nadie pregunta, nadie se preocupa del por qué de un rostro amargo sin historias, de un caminar solitario entre canciones mudas.

A ambos lados, edificios en ruinas que se alzan como gigantes ardiendo entre llamas de hormigón caliente. Me divierte imaginar esas nubes de ceniza que surgen de su interior penetrando a través de los poros de esto a lo que nos gusta denominar progreso. Derrumbado, ya grita.

Pero hace tiempo que el humo se ha borrado del cielo cobrizo que corona esta tarde.

0 Espejos rotos: