dot dot dot or ellipsis.

domingo, 19 de febrero de 2012
Hace días que no veo más que derrotas en mis inviernos. 
No me refiero al flotar mudo de los recuerdos que se congelan, ni al reflejo amargo del sudor en el suelo. Hablo de esa perpetuidad de los paréntesis; porque por fin he asumido que jamás seremos más que un paréntesis y que nuestras verdades están destinadas al presidio de dos pequeñas curvaturas verticales. 


No debería caer en este cara a cara de catastrofismos, pero es tan difícil esquivar al dolor cuando ya te has escondido en todos los callejones… 


Veo las heridas ajenas y sus manos manchadas de esa sangre transparente que surge de otros ojos. Sus ojeras de horarios impuestos por supervivencia y su infinito recorrer en las aceras. Cuando me paro a observar esta monotonía dudo de mí, miro con el recelo del gato escaldado a mis saltos al vacío. Quizás porque siempre abro las ventanas en vez de romperlas. Y así no se hace, pienso. 
¿De qué sirven los precipicios sin cristales rotos? 


Me temo que va siendo hora de analizar mi vida y mis inviernos. Puede que entonces descubra si esto es el principio de nada o el final de todo.




Base tomada de: http://escandar-algeet.blogspot.com/

0 Espejos rotos: