living in your letters.

sábado, 24 de diciembre de 2011
Querida Akane,
Aún recuerdo perfectamente aquellos días en los que el sonido de tu corazón parecía emular a las lluvias de cerezas de mayo.
Quizás te sorprenda que hoy te escriba después de tanto tiempo. Te pienso entre comas desde que he despertado. He estado leyendo todas las cartas que me enviaste y me he dado cuenta de lo curioso que resulta pasar de no conocerse a odiarse en apenas dos horas. Hoy, por alguna razón se ha hecho presente tu ausencia en mi tiempo y en mi espacio. Tanto es así que me duele el espejo; más por lo que no refleja que por su rotunda necedad.
Echo de menos esos tiempos en los que no te echaba de menos, porque ahora he vuelto a convertirme en todo lo que he sido y que creí haber dejado de ser. Vuelvo a ser esa desilusión ilusionada de un  odio enamorado, de una tristeza sonriente en un empalagoso charco de sal. Ese silencio que grita de un muerto que respira en un frío que hierve aprisionado en sus venas.
Creo que te pienso en este tipo de mañana porque tú me piensas en este tipo de mañanas. Así que olvida mi recuerdo. Ahógalo en las olas de tus nuevos amores que florecen en otoño y marchitan en primavera. Derrítelo en el calor de tus veranos en los que el viento del océano te susurra sus secretos.
Déjame marchar. Deja de pensarme para dejar de pensarte.
Joruri

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