dreamless.

lunes, 24 de octubre de 2011
"Le dijo que si le veía caminando por la nieve, sería mejor que no intentara darle alcance. Nunca fue partidario del "mejor tarde que nunca". 
Los árboles se alzan sin orgullo, avergonzados tras haber sido desnudados por las gélidas manos del invierno. Casi parece que sus ramas se estremezcan con cada soplo de viento. Éste, a su vez, mece a las nubes que duermen apaciblemente en su lecho cromático de grises.
Salimos del parque, aún envuelve mi mano entre las suyas. Se contrae mi rostro. Me pregunto qué demonios estoy haciendo. Tirito. Se acerca más a mí y rodea con su brazo mi cintura. Se abren ante mí mil caminos hacia ninguna parte. ¿Cuál es el correcto si todos son los equivocados? Es una trampa del ser humano, su mente y su imperfecto subconsciente. No hay elección, aunque lo parezca. ¿Qué elección? ¿Qué jodida elección nos queda cuando todas las opciones son las mismas?
Ah, pero... si se piensa bien... ¡Siempre queda retroceder! Si se trata de un mero sueño tengo derecho a controlarlo. La imagen avanza en dirección opuesta. Tirito. Me preguntó que demonios estoy haciendo. Se contrae mi rostro. Entramos en el parque, aún envuelve mi mano entre las suyas. Y todo comienza a ir más rápido. Corre por la nieve, con su eterno manto de melancolía, con sus ojos chispeantes de soledad, azules. fríos como el invierno que los desnuda. Queda atrás el parque. Queda atrás la avenida. Una pelea de corrientes de aire que aspiran a elevar una bolsa a la estratosfera. Quedan atrás las estaciones. El otoño, el verano, la primavera, el invierno, el otoño, el verano, la primavera, el invierno y el otoño. Y se para todo y caigo. Estrepitosamente. Y sin mirar a mi alrededor ya sé donde estoy. Y noto que es aquí donde mi alma pertenece, y me doy cuenta de cuanto me duele no haber vuelto. Sé dónde debo dirigirme, ahora que ha quedado todo atrás y vuelve a quedar todo por delante."

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