omen.

lunes, 15 de agosto de 2011
Camino por una calle arbolada danzando sinfonías, pensando en mil y un errores. Indecisa, pero ingenua... creyendo todas las verdades, incapaz de inventar una nueva realidad.
Oigo el graznido de un cuervo sobre mi cabeza. Al levantar la mirada me encuentro con un ave oscura, de ojos maliciosos. Me mira a mí, lo sé. Hace dos días que me sigue, se posa sobre los postes eléctricos, los coches abandonados en las aceras y los toldos de los concurridos cafés... Me observa. Y me habla; me susurra presagios a gritos. Envueltos en trajes de encaje, despiertan mi inquietud. Absorven mi alma en horrores que sólo yo puedo imaginar.

El viento nacido en el sur ha migrado al norte, y el ambiente se ha sumido en un letargo mortuorio.
Temporalmente, se escapa esta sombra negra que me pisa los talones. Pero no tarda en volver, traspasando rejas.

2 Espejos rotos:

soil dijo...

(Rectifico de otra vía)
Haz de las sombras negras imanes de polos similares, que a pesar de su aparente compenetración, son ahuyentados ;)

Anónimo dijo...

AbsorBBBBEr, no absorver!!!
;-))))