just today.

martes, 2 de agosto de 2011
Me despierto a mitad de noche y me pongo en pie. Avanzo hasta el espejo y observo mi rostro a través de una nube de penumbra. La oscuridad me absorbe, y yo bebo de ella al mismo tiempo. Cabalgo sobre las sombras, protegida por esa manta de muerte y silencio, abrazada por deseos destruídos en vano, vendada por la gelidez de pasados inconexos.
Atravieso un camino de tiempo que no avanza y espacio fenecido, un momento desesperado en el que solamente deseo lanzarme a la espiral del dolor del individuo.
Sólo veo vacío en mis ojos y cansancio en mis facciones. Una mirada perdida que me exilia del presente. ¿Qué soy si he dejado de ser.?
Mis pies están firmes sobre el suelo, pero vivo en ausencia, en este abandono tan mío, en este refugio inexacto. No se escucha nada, sólo susurros que me arrebatan resquicios de mi alma y sentimientos que se arrastran suplicantes frente a mi ventana.
Quiero una nube de cristal para huir del tiempo y un mundo imaginario para zambullirme en las aguas cristalinas de un subconsciente alquilado.
Golpeo el cristal con mi puño y éste se resquebraja, resignado. Una punzada hiriente recorre mi brazo, un líquido pegajoso empapa mis dedos. Y, a la vez, los pedazos que caen lentamente absorben mi reflejo para retenerlo eternamente.
Me entrego a mi inconsecuencia...

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