for C.

jueves, 4 de agosto de 2011
Todo tu tiempo lo dedicas a hablar de esa persona. Te gustaría culparla de todo lo que ha pasado desde que se fue, de todas tus desgracias, de todas las penurias que has sufrido por su ausencia. Por ella te es imposible pensar en nada más. Las canciones se han convertido en notas que derraman recuerdos.

La odias, y no puedes ocultar el inmenso rencor que recorre tus venas, emponzoñando tu mente. Desearías, aunque jamás lo admitas, que su vida fuera igual de miserable que la tuya, que sintiera lo mismo. Esa felicidad cruel y efímera que te pisotea y luego se aleja silbando, que te mastica y te escupe sin contemplaciones. Quisieras, en el fondo de tu corazón, que se diera cuenta de que no va a encontrar a nadie a quien le importe tanto como a ti. Que pasara sus días pensando en volver a verte, igual que haces tú. Que regresara a tu lado el próximo verano, arrastrándose, pidiéndote disculpas. Que reconociese de una vez por todas que te necesita... pero antes deberías admitirlo tú.

Porque por más que la odies, sabes que estás dispuesta a lo que haga falta por verla una última vez.

0 Espejos rotos: