decline of decadence.

miércoles, 24 de agosto de 2011
Ya no queda nada de mí. Nada de lo que fui. No tengo nombre, no tengo pecho, mi alma ha escapado y nadie lo lamenta. Apenas se escucha ya el eco del quiebro final en mi voz.
La húmeda brisa nocturna que enfrió la mañana ha borrado mi recuerdo. Mi risa, mi olor, mis gestos se han perdido en el olvido. Nadie ha venido a llorar mi ausencia ni a buscar mi memoria. Simple y rápido, he quedado sepultada por los escombros del pasado. Mi voz ha quedado muda, mis palabras han muerto en el silencio. Y mis lágrimas... mis lágrimas que anegaron aquel espacio sempiterno se han consumido.
Sólo me queda por contemplar mi último suspiro, aquel aliento débil que exhalé y se mezcló con el denso oxígeno que reclamaban dolorosamente mis pulmones.
De repente, y sin razón aparente, las gotas de lluvia alteraron el rumbo de mi destino.

1 Espejos rotos:

Anónimo dijo...

Ejem. Solo (sólo) ejem.