unquiet alpha.

miércoles, 12 de enero de 2011
Avanza a lo largo del río. El sonido lejano de campanas se disipa en el ruido del viento. Ella observa el agua burbujeante y negra, se quita los zapatos e inserta sus pies en la tierra blanda; sembrada de hojas de hierba. Su cabello largo casi roza la superficie del líquido cuando se gira para ver su reflejo. Desde el fondo del río, un esqueleto le sonríe. Se arrodilla en la tormenta de barro mojado y hace una reverencia, aplaude tres veces con sus manos y dibuja otro arco con el cuerpo. El dolor vuelve a sus sienes, y le devuelve el silencio La boca del infierno está sellada.