basement flowers.

martes, 13 de julio de 2010
Quiero noche.
No necesito la luz del día ni los contornos tan precisos de lo que me rodea. No me importa que que haya cosas que hacer en este día de calor insoportable. Quiero mi noche, mis sueños y mis viajes a través de la oscuridad de mi subconsciente. Prefiero ese mundo en el que nada es verdaderamente extraño, el increíble mundo de las posibilidades donde, por lo menos, puedo darte un beso.
Quiero perderme. Piérdete conmigo. ¿Nos vamos?
No me importa a dónde, de verdad que no. No me gusta que me digas que es muy arriesgado. No me gusta...
Como alternativa podemos escondernos en el sótano. Por lo menos hasta que pase la tormenta.

fridge poetry.

martes, 6 de julio de 2010
A menudo bebo poesía,
mas parte de mí es oscura:
quiere tu alma y desea tu beso.

Soy pálida noche;
eres triste mañana de invierno.
Yo engaño al caos y comprendo el silencio.
Tú susurras sueños y suspiras el viento
Curiosa armonía en tu voz y en mi tiempo.

butter paradoxes.

viernes, 2 de julio de 2010
Echo de menos esos paisajes que poco a poco aprendí a odiar. Los echo en falta y eso me exaspera. Soy un saco de paradojas.
Arena en los zapatos; la puesta de sol detrás de la enorme ventana del autobús.
La vista desde la última fila del último edificio en la azotea más alta de la ciudad.
Los días de kohl y las uñas ensangrentadas. Canciones manchadas en la biblioteca.
Las calles se sepia, empapadas, cuando llego a mi destino.
Los golpes de blues, la bruma que empaña las aceras. Las callejuelas enmarrañadas que recorren como venas el cuerpo de este lugar.
Blackbird.
Parece que ahora eres libre y que yo también lo soy. Tu vuelo tiene un sabor amargo.
Revolución y revolucionarios o revolucionarios y revolución?
No quiero ver como te alejas. Te tenderé la mano, llegaré más allá de los límites de lo humanamente posible. Tengo ganas de llorar en tu camiseta, aunque suene patético. Quiero continuar con mi llanto en el autobús de vuelta a casa y quiero que me mires una última vez, incluso si no es posible.
Yo, que siempre he preferido la compañia de las nubes a la de los seres humanos, jamás había querido quedarme con nadie salvo contigo.