the book of fate.

miércoles, 24 de febrero de 2010
Mi cuerpo inmóvil. Los hombros fríos. Me quema la garganta.
Ahora quiero verte; necesito verte. Lo pienso y mi corazón adopta un ritmo que no reconoce.
¿A qué huele? Aún siento el tabaco y los dulces con wasabi. Eso es, el confuso sabor de las especias y el familiar olor de los cigarrillos. Debe de ser lo que colapsa mis sentidos.
Se mueven las sombras a un ritmo alarmante, en un baile que entumece mis impulsos. Tu silueta, aparece y se desvanece en un espacio intemporal.
Es necesario que sueñe esta noche, que sueñe contigo, es imperativo. Me despertaré, puede que llorando como esta mañana o riendo como antes de ayer. Azul o rojo, sorprendente o incandescente, no tiene importancia. Temblar, sólo por ti, como cada día que juego con el baúl de nuestros recuerdos.
Siento mi pulso en el hueco de mi cuello. En el fondo, me gustaría pararlo, bajar el ritmo, pensar con claridad.
Pero... ¿cómo detener un corazón palpitante de esperanza?

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