answers we'll never get.

lunes, 19 de octubre de 2009
No me gusta perder el tiempo.
No me gusta regalar minutos sabiendo que no voy a poder recuperarlos.
No me gusta en absoluto, pero lo hago constantemente.

Hago esfuerzos que resultan ser en vano...
Escribo palabras de apariencia vacia, que nunca nadie se molestará leer...
¿Hay algo más triste que eso?
Un texto inquietantemente profundo que nunca será entendido... Con el que nadie podrá sentirse identificado...
Es algo terrible, pero, sinceramente, que no espero que nadie comprenda. Hace tiempo que perdí mi, ya de por sí, pobre confianza en el ser humano y su capacidad de empatía.

Si me paro a pensar, hay algo que resulta ser mucho peor. Se trata de algo tan contradictorio como mi misma forma de actuar.
Hablo de buscar respuestas a preguntas que sencillamente no las tienen. Yo lo llamaría paradoja, pero supongo que mi profesor de filosofía no estaría de acuerdo.

Hace poco pensaba que una pregunta, por muy esotérica que pueda llegar a ser, va seguida de una respuesta. Esa respuesta puede ser mentira o puede ser verdad. No importa como la califiquemos, ya que seguirá siendo una respuesta.
Pero hace menos aún, he llegado a la conclusión de que hay preguntas que no tienen respuesta. No sirve una verdad, ni tampoco una mentira. Carezco de la información necesaria para contestarla.

¿Dónde me deja todo esto?

0 Espejos rotos: